SEMANARIO INDEPENDIENTE DE LA RED. Año II. Número 59. Madrid, Noticias del 20 al 26 de abril de 1998

La Semana que vivimos - Semana del 20 al 26 de abril de 1998
Los militantes del PSOE eligen a Borrell
en contra de la cúpula socialista

Juan Martín.- José Borrell venció el pasado viernes en las primarias socialistas para elegir candidato a la presidencia del Gobierno. El ex ministro dió la sorpresa en la escena política al imponerse a su compañero de partido Joaquín Almunia. La participación apenas supera la mitad del censo oficial. Borrell ganó con el 55´1% de los votos de la militancia socialista frente al 44´5% de Almunia, secretario general del PSOE, que había recibido el apoyo de Felipe González y de la cúpula del partido socialista. Los resultados de estas elecciones dan lugar a grandes preguntas dentro del partido socialista. En este sentido la ejecutiva comenzará a reunirse a partir del domingo, una vez conocida la opinión de los militantes, y que supone un giro de 180 grados con relación a lo que entendían los dirigentes socialistas.
El único punto que hasta ahora se conoce es que Borrell se convierte en número uno del partido y en adversario de José María Aznar en las próximas elecciones generales. Algunos dirigentes socialistas además le propusieron como portavoz parlamentario del PSOE, para que pueda enfrentarse directamente con Aznar en el próximo debate del estado de la nación, a partir del 12 de mayo.
Borrell que el viernes cumplía 51 años, consiguió 105.574 votos, frente a los 87.079 de Almunia "Espero ser digno de la responsabilidad que me habéis dado en este camino que tiene que acabar en La Moncloa y confió, que Joaquín y yo estemos juntos". Estas fueran las primeras palabras de Borrell en la sede federal del PSOE, ante los cientos de militantes socialistas que jaleaban el nombre de su nuevo líder.
Almunia había dejado entrever al convocar las primarias que abandonaría la secretaria general si los militantes no le daban el respaldo y salía derrotado en la consulta, aunque el ganador le pidió que siguiera en su puesto. En los próximos días se conocerá si Almunia abandona su puesto actual o no.
[24-4-1998]


El PP afirma que su partido no necesita convocar unas primarias

Alberto Escalante.- Desde el PP se han seguido las primarias socialistas con mucha cautela sin querer entrar a valorarlas en ningún momento. Ahora que se conocen los resultados, el PP cree que su partido no necesita realizar unas elecciones similares, pues Aznar es un "lider indiscutible".
Jordi Pujol aseguró que sus relaciones "han sido difíciles" con Borrell cuando éste era ministro del gobierno socialista. El presidente de la Generalitat quiso recordar que "Borrell no ha tenido nunca el apoyo de la dirección del PSC".
Desde IU sus representantes quieren mantener cautela ante la nueva situación socialista que puede afectar a sus relaciones particulares.Francisco Frutos, número dos del PCE, afirmó que la victoria de Borrell supone "el fin del felipismo".
Iñaki Anasagasti, portavoz en el Congreso del PNV afirmó que "no es un voto contra el felipismo, sino contra Aznar", pues Borrell es un rival que "puede poner nervioso al PP." Para Anasagasti, el PSOE cree que "con Borrell pueden ganar mejor que con Almunia".
Cándido Méndez, secretario general de UGT, declaró que "quienes más preocupados deben estar son los gobernantes de PP; ellos sí que han recibido una mala noticia con el resultado de este proceso". El portavoz de CCOO, Javier Doz, afirmó que las primarias son "un hecho positivo para la revitalización de la vida democrática".


El ministro de defensa reconoce que se espiaba
a HB en Vitoria y cesa a dos miembros del CESID

Alberto Escalante.- Eduardo Serra compareció en el Congreso el martes y confirmó que se estaba espiando la sede de HB en Vitoria y puso en duda la legalidad de las escuchas. La "crisis de las escuchas" se ha saldado con los ceses de dos miembros del CESID, aunque sus identidades no se han hecho públicas. El ministro no aclaró, sin embargo, si el Gobierno estaba al corriente de las escuchas. Eduardo Serra afirmó al respecto que el Gobierno "conoce los objetivos del CESID. Los medios y procedimientos son secretos y no tiene por qué conocerlas". Para Serra, el derecho a la vida o a la seguridad del Estado pueden estar por encima del secreto de las comunicaciones. El ministro quiso aclarar que no se espiaba a un partido político legalizado, sino a ETA y a sus grupos de apoyo.
IU, PNV y el Grupo Mixto exigieron la dimisión de Eduardo Serra como ministro de Defensa. Desde el PSOE no se tiene nada que objetar a la actuación del CESID y según Pedro Moya "nos extraña que a alguien le extrañe" el espionaje a un partido que colabora con ETA.
[21-4-1998]


Eduardo Serra justifica las escuchas
a HB como medio para salvar vidas

Juan Emilio Maíllo.- Eduardo Serra asumió en su comparecencia en el Congreso la responsabilidad de las escuchas a la sede de HB en Vitoria. El ministro, que compareció a petición propia, admitió que legitimó las escuchas como parte de la lucha antiterrorista. Pero se negó a reconocer que el dispositivo de espionaje del Cesid fuese ilegal. Sólo declaró que podía tener "apariencia de ilegalidad", aunque a su juicio la operación era legítima porque su objetivo era salvar vidas, mediante la prevención de los atentados de ETA. Serra antepuso la defensa del derecho a la vida de las víctimas de los terroristas, al derecho al secreto de las comunicaciones.
Pero el ministro salió con las espaldas cubiertas. Expresó que su ministerio aprobó las escuchas en marzo de 1997 con el beneplácito del Gobierno. Aunque un asunto distinto son los métodos empleados. "El Gobierno -señaló- fija los objetivos del Cesid, y los procedimientos, que son secretos, no tiene por qué saberlos." Recordar que en 1995 el PP solicitó y consiguió la dimisión de Narcís Serra, que entonces era vicepresidente del Gobierno, y del ministro Julián García Vargas, por otras escuchas del servicio secreto. Serra justificó esta diferencia de actitudes porque en este caso se mezcla la defensa de dos derechos fundamentales reconocidos por la Constitución.
PSOE y CiU no objetaron nada a las escuchas efectuadas, aunque manifestaron que el Gobierno había hecho lo que había podido para salvar la ilegalidad de la acción. Más críticos estuvieron Willy Meyer y González de Txabarri, representantes de IU y PNV respectivamente. Ambos partidos no admiten que el Gobierno se sirva de medios ilegales para combatir el periodismo, porque creen que estos hechos ofrecen más motivos a ETA para luchar. Como consecuencia de estas críticas han sido cesados dos altos cargos del Cesid, aunque de responsabilidad inferior al cuarto nivel.
El presidente del Gobierno, José María Aznar, hizo suyas las declaraciones de su ministro de Defensa, y afirmó que el Cesid "cumplía con su obligación" cuando escuchaba a HB. A la hora de asumir responsabilidades, el presidente se refugió en la teoría de que son los tribunales los encargados de establecer la ilegalidad o no de las escuchas. Aznar también expresó que la actuación del servicio secreto es algo "necesario y elemental en la lucha contra el terrorismo".


La Semana que vivimos - Semana del 20 al 26 de abril de 1998