SEMANARIO INDEPENDIENTE DE LA RED. Año II. Número 57. Madrid, Noticias del 6 al 12 de abril de 1998

La Semana que vivimos - Semana del 6 al 12 de abril de 1998


Si no eres impasible y tienes una opinión para todo, este es tú rincón: El Rincón del Inquieto. En este apartado, todas las semanas te proponemos un tema sobre el que opinar. No importa si estas a favor o en contra. En este Rincón, todos los que somos como tú te escuchamos y estamos abiertos a tus opiniones, porque cada uno tenemos nuestro propio punto de vista, luego... ¿por qué no ponerlo en común con todos los que leemos "La Semana que vivimos"? Por que todos somos distintos y vemos las cosas de forma diferente... envíanos tu opinión a iglesias@futurnet.es junto a tu nombre, ciudad de residencia, edad y e-mail (opcional).

DEBATE: ¿Aceptarías un acuerdo similar al del Ulster con ETA y HB?


La "Ñ" sanitaria

Nacho Abad.- Unos días atrás, los buidos comentarios de algunos periodistas colocaron en la picota al ministro de Sanidad. Los acusadores aseguraban que la sobrina de Romay Becaria había comprado un buen montón de ordenadores sin la letra "Ñ". ¡¡¡Qué gran desprestigio!!! Los otrora defensores de una letra tan española ahora la olvidan y, además, al aparecer el nombre de la sobrina del Ministro la insinuación de nepotismo es palpable. Que a los ordenadores les falta la Ñ es una verdad incontrovertible, aunque la inquina de algunos informadores quedó plasmada en los datos que olvidaron. El pasado sábado tuve la ocasión de ver como funcionaba uno. A saber: Los dichosos ordenadores van acompañados de un lector de tarjetas de la Seguridad Social.
En cuanto el ordenador lee la banda magnética los datos del paciente aparecen en la pantalla y si el enfermo se apellida "Yáñez" la Ñ aparece. Si la banda magnética ha sufrido algún daño y la computadora no puede descifrar los datos, el médico tiene que introducir a mano sólo cifras, entre ellas el número de afiliación a la Seguridad Social, y una vez impresa la pegatina escribe el nombre del paciente en la parte superior. Sólo existe una posibilidad de que la Ñ no aparezca y es en el caso de que el ordenador no reconozca el nombre del doctor que utiliza esta maquina. En ese caso si se llama "Yáñez" en la pegatina se leerá "Yánez".
Algunos periodistas parecen haber nacido con el único fin de espurrear acusaciones contra el Partido Popular o contra el Partido Socialista. No sólo ven la paja en el ojo ajeno sino que incluso la colocan y la moldean. La sobrina del Ministro de Sanidad debería haber sido más cuidadosa al comprar los ordenadores, la letra Ñ merece ese respeto, pero ciertos informadores no deben convertir un pequeño fallo en un error de bulto.
Me ahítan las noticias que pretenden dejar exánime a un político en activo. Esta constante en los medios de comunicación aumenta la crispación de los ciudadanos que pronuncien habitualmente la frase: "A mí la política me aburre". Los periodistas debemos sentirnos en parte culpables de esta sensación. En la carrera por convertirnos en una empresa de electrodomésticos, donde los ventiladores de basura son la bandera del negocio, hemos inmolado injustamente a personas que después no han podido renacer de sus cenizas. A este paso como denuncia Javier Gurruchaga algunos medios de comunicación se van a convertir en autenticas zahurdas.

José María Aznar da el campanazo

Antonio Burgos.- Siempre tenía que ser Lunes Santo y siempre tenía que estar Aznar en Málaga. El Sur también existe. El Sur también produce estos milagros. Es la tarde de Semana Santa. El día en que para los cofrades de Nuestro Padre Jesús Cautivo, del barrio de la Trinidad, se cumple el final de la ansiada espera de la salida anual de los tronos. Está allí, entre ellos, vestido de nazareno, Chiquito de la Calzada, que los pecadores de la pradera hacen penitencia. Este año, mecachis, no ha venido Antonio Banderas a salir de nazareno. Pero ha venido Aznar. Saludos, firma en el libro de honor de la hermandad, insignia de oro de la cofradía. Menos café, le dan de todo. Y la imagen ansiada. No sé cómo se dice en el habla cofradiera malagueña, y cuando escribo no tengo a mano el vocabulario de Juan Cepas. No sé si es si Aznar dio los golpes de honor al trono de la imagen del Cautivo, o si, como leo en otro periódico, es que Aznar dio la campanada. Lo que quiero decir es que Aznar cogió el martillo del capataz y dio el campanazo.
El campanazo, la campanada, el golpe de martillo rotundo y enérgico. Ay, eso es lo que tenía que hacer Aznar todos los días. Ojalá fuera Lunes Santo todo el año. Ojalá siempre estuviera Aznar como en Málaga, dando el campanazo de la campanada. Poniéndose el mundo por montera y capirote y dando el campanazo. ¿Que el defensor del pueblo no se qué y la ley de aquello no se cuentos? Nada, como en Málaga, don José María: usted coja el martillo y dé la campanada que tenga que dar. Más que la insignia de oro del Cautivo, que en la Moncloa no sirve para nada, Aznar tenía que haberse llevado el martillo y la campana, y dale que te pego todo el día, a dar los campanazos que sean menester. Gobernar una nación es como llevar un trono de Semana Santa. No es posible sin dar campanazos y dar la campanada cuando se tercie. Y darlos como en Málaga, sin complejos y sin pedir perdón a cada instante por ser el que, por voluntad popular, tiene el martillo y tiene la campana...
(ofrecido también en EL MUNDO, El fin y los medios: 12-4-1998)


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