España, ¿antiejemplo del mundo?

05-10-2012
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A más de 7.000 kilómetros distancia, entre gente que habla otro idioma e inmersa en una ciudad en la que las calabazas de Halloween se ponen ya de oferta en cada esquina, en donde la humedad alcanza el 80 por ciento y la temperatura no baja de los 86 grados farenheit… cuando alguien como yo oye hablar de España, siente verdaderas ganas de teletransportarse unos segundos a las tardes de tapas en La Latina, a un paseo por el Barrio de Salamanca o un viajecito de fin de semana al norte. Qué pena que éste que viene a continuación no sea el caso.

Desde hace unos años, España es sinónimo de manifestación, juventud insatisfecha, crisis y más crisis y, además, de unos meses atrás hasta ahora, de escisión. Como decía, una auténtica pena.

El gobernador y candidato republicano a la presidencia Mitt Romney, que según las encuestas de la CNN, y pese a los augurios de lo contrario, ganó el debate ante Barack Obama con un amplio margen (60 a 40), advirtió de lo siguiente en un bloque dedicado al déficit de EEUU: “España gasta el 42 por ciento de su economía en gastos gubernamentales. Nosotros no vamos a gastar el 42 por ciento en el Gobierno. No quiero seguir el camino de España”. No exagero cuando digo que pegué un brinco en el sofá.

Y es que son este tipo de palabras las que te alejan de las tardes de tapas y te acercan a la cruda realidad. Tampoco el primer debate electoral sobre economía estadounidense nos perdona. ¿Qué nos está pasando?

Más claro, imposible: no quiere seguir nuestros pasos. Y a decir por la cara de Obama, él, en realidad, tampoco. La culpa, compartida. Nuestros representantes, los primeros responsables. Pero no ayuda que uno de los periódicos más importantes de EEUU, que probablemente Romney lea a diario, dedique artículos y columnas a informar sobre “la inestabilidad en Españaz” o a apoyar el independentismo catalán refiriéndose a esta comunidad como “la prisionera de España”. Tampoco que algunas televisiones del estado de Florida hablen de “estado de alerta” en Madrid cuando, y corríjanme si me equivoco, la ciudad no ha pasado aún por esta circunstancia. Exageraciones y falacias que hacen más vistosa la noticia y no consiguen sino empeorar la pésima realidad que ya de por sí viven mis compatriotas y nuestra imagen, que no debería viajar por debajo de esta realidad. No podemos permitírnoslo y menos ahora.

Queda claro que un Romney enérgico, seguro de su conocimientos de las cifras como “buen hombre de negocios” propone “crecimiento, reducción de impuestos y creación de 12 millones de empleos” para no parecerse en modo alguno a los gestores españoles.

Lo más probable es que no fuera esta afirmación sobre España lo que llevara al de Massachussets a ganar el debate de anoche -a eso, por cierto, dedicaré mi siguiente artículo- pero sí pudiera servir para reconsiderar por qué seguimos siendo el antiejemplo del mundo desarrollado y por qué ciertos medios de EEUU se encargan de empeorar más si cabe nuestra imagen. Quizás sirva para meditar sobre por qué tampoco queremos continuar por este camino y por qué queremos volver a ser ejemplo de una cultura envidiable, excelente gastronomía, del fútbol de calidad, de playas y paisajes de ensueño, días sin fin, buen humor y mejor gente si cabe.

Ése es nuestro valor. Y sea como fuere debemos luchar por que sea éste, y no el despilfarro o el paro, el ejemplo al que se refieran los políticos más influyentes del mundo dentro de cuatro años.

Irene Sánchez

Licenciada en Periodismo

Actualmente vivo en Florida

Antes de venir a Estados Unidos, he trabajado en varios medios de comunicación de España

Twitter: @iresanmar


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