Eurovisión este año ha sido un espectáculo absoluto, con la retransmisión final en vivo desde el Altice Arena de Lisboa y que ha tenido una audiencia de televisión de más de 200 millones de fanáticos en todo el mundo. En 2018 no sé puede negar que la era moderna y la diversidad ha llegado a Eurovisión. Un show que no solo ofrece entretenimiento sino que además tiene voces de calidad y una mezcla heterogénea musical que tiene algo para todos, desde heavy metal húngaro hasta opera de Estonia.
Como todos los años, muchos países tratan de enviar un mensaje a través de sus canciones y este año no fue diferente. Aunque este año no se centró en problemas políticos, si se hizo referencia a distintos temas sociales que afectan a todo el mundo. La participación de Francia con su canción Mercy cuenta la verdadera historia de un bebé nacido el año pasado en un barco que rescata a inmigrantes del Mediterráneo. La canción de Italia habla sobre los diferentes ataques terroristas en Europa, asegurando un mensaje positivo de unión entre países, mientras que Netta de Israel hizo referencia a la fuerza de la mujer y una denuncia contra el bullying para la generación #MeToo con su canción Toy. En una noche llena de sorpresas, el nerviosismo llegó el escenario cuando una persona del público invadió el escenario mientras la representante de Reino Unido cantaba. Aunque el hecho asustó a la cantante no se puede negar que logró recuperarse en pocos segundos terminando con una actuación que gusto al público, sin importar que no se proclamará ganadora. La cantante tuvo la oportunidad de repetir la canción pero la organización de su país denegó la propuesta ya que desde su punto de vista estaban orgullosos de la puesta en escena de la artista. Por su parte, España logró quitarse el mal de boca del año pasado donde solo obtuvo 5 puntos, mientras que este año tuvo 61. A pesar de no ser suficientes para estar en los primeros puestos no fue considerada la peor actuación de la noche. Alfred y Amaia presentaron Tu Canción realizando una actuación predecible pero sin fallos, que logró posicionarlos en el puesto numero 23. Con respecto a los favoritos, las votaciones del jurado sorprendieron mucho a los espectadores. Austria, Suecia y Alemania fueron las grandes sorpresas de la noche, siendo los primeros dos los protagonistas de una reñida lucha en las primeras votaciones. Algo que se puede estar seguro es que en Eurovisión nada se acaba hasta que todo termina y es que las votaciones de los espectadores le dieron un giro a los resultados. El tercer lugar se lo llevó Austria con un total de 342 puntos, mientras la lucha final por el micrófono de cristal fue entre Chipre e Israel. Está última se proclamó ganadora con 529 puntos frente a los 436 de Chipre. Alemania obtuvo el cuatro lugar con 340 con la canción dedicada al padre del artista y Italia obtuvo su posición entre los top 5 con un total de 308 puntos.