La igualdad reinó en los partidos de ida de los octavos de final de la Copa del Rey: los mal llamados futbolísticamente modestos se contagiaron de la profesionalidad de las supuestas estrellas y depararon un espectáculo digno, salvando las distancias, con la Primera División. Lo malo es que el margen de sorpresa se reduce, pues las eliminatorias se disputan a doble partido.
El maestro superó al alumno en Jerez; el Atlético de Madrid apagó la llama que acechaba al polvorín rojiblanco. Los jugadores de Luis Aragonés saltaron al campo con la intención de vencer a toda costa, después de las críticas vertidas por Jesús Gil y Gil por la derrota de su equipo en Villarreal. Pese al gran papel desempeñado por los de Bernd Schuster, el Atlético se salió con la suya merced a un gol de Albertini. Osasuna y Sevilla no quisieron esperar al partido de vuelta y dejaron prácticamente vistas para sentencia sus eliminatorias, gracias a sus contundentes victorias ante el Real Unión de Irún y el Numancia, respectivamente. Los navarros no tuvieron problemas para contener las acometidas del equipo guipuzcoano, que milita en Segunda División B, al que endosaron una contundente goleada a domicilio. Los andaluces disputaron un choque más igualado -finalmente sin nieve, pero con muchísimo frío- en Los Pajaritos, se impusieron al Numancia en un choque igualado, en que los de Joaquín Caparrós fueron quienes mejor supieron definir sus ocasiones. Torrado, Reyes y Fredi prometen, salvo sorpresa, un partido de trámite en el Sánchez Pizjuán. En el duelo andaluz, Betis y Recreativo empataron sin goles en Heliópolis, en un mal encuentro cuyo principal protagonista resultó ser el frío. Los deméritos acumulados por ambos conjuntos dejan pendiente la eliminatoria para el partido de vuelta, que se disputará en el Nuevo Colombino. Igual desenlace tuvo el partido entre el Murcia y el Deportivo Alavés, que en un intenso partido, lucharon de poder a poder y sólo faltó la esencia del fútbol: los goles. El conjunto vitoriano se lleva un resultado peligroso para la vuelta. El Valladolid, comandado por Xavi Moré y Pachón, sacó tajada de la crisis por la que atraviesa el Mallorca, que por medio de Lozano y Pandiani consiguieron salvar el empate en un igualado partido, que bien pudo ganar cualquiera de los dos equipos. El Real Madrid dejó escapar una renta de dos goles en el último cuarto de hora en Terrassa, pese a los nervios del conjunto local. Los despistes en defensa de los de Vicente del Bosque hicieron inútil el doblete que anotó Guti y el gol de penalti a lo Panenka de Portillo. El Deportivo solventó en una jugada con fortuna -un error del portero del Alicante, España- su peor partido de la temporada. Demasiado premio para el vigente campeón.
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