Cualquiera que haya seguido la temporada regular de la NBA podría haberse sorprendido de que Golden State y Cleveland vayan a ser los que se batan el cobre para obtener el prestigioso anillo de campeones. El póker finales seguidas se obtuvo no sin sufrimiento, con un LeBron James superlativo y con los de La Bahía dejando fuera a los Rockets de un Harden que sufrió la baja de su compañero Chris Paul.
Golden State acogerá nuevamente la lucha por demostrar quién es el mejor equipo de baloncesto del mundo. Los chicos de Steve Kerr se impusieron en un séptimo disputado choque por 92-101 a unos Rockets que acometieron los dos últimos partidos sin una de sus principales estrellas, el base Chris Paul, y se dejaron remontar un 3-2 esperanzador.
El inicio de encuentro no presagiaba nada bueno para los defensores del título. Un parcial de 42-28 ponía por delante a los de Houston, que parecían no notar la baja de su base estrella. En los Rockets todos contribuían mientras los Warriors parecía dormidos.
La reacción nuevamente en el tercer cuarto de los californianos, los doce minutos preferidos de los Durant, Curry y compañía. Los triples sentenciaron el choque, gracias al acierto de los de San Francisco y los fallos de los de D'Antoni, que llegaron a malograr 27 intentos seguidos, que condenaban a los tejanos a ver desde sus casas como otro equipo celebra una victoria a la que eran los máximos aspirantes.
Cleveland repite con un imparable LeBron
Si el 3-2 del Rockets-Warriors hacían presagiar un cambio de rumbo en la NBA, el mismo marcador pero favorable a los Celtics aventuraban una sorpresa mayúscula. En las grandes ocasiones, aparecen los grandes jugadores, y LeBron James es, seguramente, el mejor de su generación.
El alero de Akron demostró que puede con todo. Con un equipo completamente distinto y con la baja de Kevin Love desde el choque seis, 'King James' se multiplicó para lograr lo impredecible: derrotar a los orgullosos verdes en su cancha en el encuentro definitivo.
Y lo logró. Rozando el triple-doble con 35 puntos, 15 rebotes y 9 asistencias, James superó a los chicos dirigidos por Brad Stevens. Los Celtics superaron las bajas de sus máximas estrellas –Kyrie Irving y Gordon Hayward- a un comienzo dubitativo de playoffs y a la sensación de la temporada, los renacidos Sixers. Pero no pudieron con un LeBron que rompe récords en cada enfrentamiento.
A pesar de la derrota por 79-87, los de Massachusetts se marchan con la cabeza muy alta y un futuro esperanzador. Las bajas de los verdes descubrieron a jugadores que podrían haber pasado más desapercibidos, como Rozier o Baynes, revalorizaron a unos Horford y Smart que aportan más que sus números y bautizaron, con la bendición de James, a una futura estrella de la liga, Jason Tatum.
La final volverá a tener a los mismos protagonistas de los últimos años, Cleveland y Golden State, y el duelo del súper equipo californiano contra un solitario –pero superlativo- LeBron James que comenzará el jueves promete ser apasionante. Como decía el lema de la NBA de los 90: "I love this game".
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