San Antonio nunca se rinde. En una de sus temporadas más aciagas -que comenzó en la derrota de playoffs del año pasado con la lesión de Leonard- los de Popovich demuestran tener muchas vidas. Un sensacional LaMarcus Aldridge y un inspirado Rudy Gay fueron demasiado para los de Houston, que no contaban con Chris Paul y perdieron el duelo tejano por un 100-83 que da esperanza al equipo de Gasol de cara a postemporada.
La necesidad vence a lo sublime. Que Houston Rockets va a terminar como el mejor equipo de la temporada regular nadie lo duda, por juego y por resultados, pero Popovich siempre tiene un conejo escondido en su chistera. Y ese oculto truco se llama Rudy Gay. El alero, que fichó por los de negro y plata en verano después de haber superado una dura lesión, se está convirtiendo en la segunda espada perfecta y con sus 21 tantos desde el banquillo desequilibró al equipo de D’Antoni.
Pero si Gay fue el revulsivo de la segunda unidad, la estrella del encuentro fue LaMarcus Aldridge. El veterano ala-pívot superó al joven Clint Capela y dirigió tanto el ataque como la defensa de San Antonio. Consiguió doble-doble de 23 puntos y 14 rebotes que complementó con tres impresionantes tapones, toda una carta de presentación de cara a los playoffs.
Y es que los de Popovich se habían complicado la existencia en las últimas jornadas, amenazada incluso su presencia en postemporada. Pese a la baja de su estrella Kawhi Leonard, prácticamente descartado esta campaña, la química de jóvenes como Murray y Anderson con veteranos como Aldridge, Ginóbili, Parker y Gasol, cuando funciona, es dinamita. Y en casa, nitroglicerina.
El mayor de los Gasol no tuvo su noche. Pops, conocedor de las carencias del de Sant Boi contra los equipos de small ball solo le dio diez minutos donde consiguió ocho rebotes. Suficientes. Ya habrá partidos contra equipos con rotaciones más clásicas y Pau reserva su clase de 36 años para encuentros más propicios.
Por los Rockets, poco que contar. Fin a la racha de once partidos invictos, pero líderes indiscutibles. Sin Chris Paul, Harden se fue a los 25 puntos y 8 asistencias, aunque más allá de 'La Barba' no hubo nada más. Pinceladas de Eric Gordon y Gerald Green, pero con trazo grueso y borrón desde el triple. Ningún problema en Houston, que ya se guardan para gestas mayores en el año en el que Harden debe ser MVP y, quizás, adornar su mano con el primer anillo.
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