La edición 2018 del Partido de las Estrellas celebrado en Los Ángeles tenía un hándicap a batir: superar el aburrimiento de las últimas ocasiones. Y al menos en eso el fin de semana fue de correcto. Pese a comenzar con un encuentro de novatos descafeinado, los concursos del sábado calentaron un domingo donde se vio por primera vez en años un choque divertido. El equipo de LeBron se llevó el duelo por 148-145 ante los Curry y compañía. El All Star está de vuelta.
Tras el lamentable espectáculo vivido en la edición anterior, la NBA decidió cambiar un formato por conferencias donde no existía el aliciente de ver un encuentro disputado. La nueva fórmula cuajó y el Staples recibió un buen divertimento para los aficionados que coparon las caras butacas para ver el All Star Game.
La victoria, y el MVP, fue para el conjunto de LeBron James. El Rey celebró el triunfo por 148-145 efusivamente, lo que demuestra un cambio de actitud que el público agradeció. La emoción llegó hasta los últimos compases, donde el equipo de Curry llegaba con ventaja, pero dos canastas de Westbrook y James dieron el trofeo a los ‘LeBrones’ donde también destacó un Kevin Durant muy activo.
El mejor con diferencia fue el jugador de los Cavaliers, que se fue a los 29 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias. Muy lejos se quedaron sus rivales DeMar DeRozan y Damian Lillard con 21 tantos, insuficientes ante una defensa final que impidió incluso un lanzamiento de Stephen Curry para mandar el partido a la prórroga. El brillo vuelve al All Star.
Rookies aburridos, mates de otra época y récord triplista
El fin de semana empezó con un mal augurio. El encuentro entre los novatos de primer y segundo año fue una pachanga de barrio. Y de las malas. El World Team se llevó un triste duelo que difícilmente se puede llamar partido por 155-124 frente al USA Team, y Bogdan Bogdanovic tuvo el ‘honor’ de ser el mejor con sus 26 puntos y 7 triples, frente a un Jaylen Brown que anotó 35 pero estaba en el conjunto perdedor y un Buddy Hield que se fue a los 29 pero no pudo con el festival triplista del serbio.
La noche del sábado mejoró lo visto el viernes. El concurso de habilidades se lo llevó un Dinwiddie muy digno, que batió el festival de torres contra las que le tocó competir. El base de los Nets fue de menos a más y aprovechó su tiro exterior frente a un especialista, el finlandés de los Bulls Lauri Markkanen.
El concurso de triples tuvo de todo. Tras una primera ronda decepcionante, con un Paul George que se quedó en tan solo 8 puntos, la final fue un buen espectáculo donde Klay Thompson no pudo reeditar su título ante un Devin Booker que completó la mejor puntuación histórica con 28, eso sí, sobre 34 y no sobre 30 como antes del 2014.
El plato fuerte llegó en el concurso de mates. La semifinal vivió un momento decepcionante cuando Oladipo no pudo completar uno de sus mates. Pero el espectaculó lo pusieron dos jovenes jugadores que querían rendir tributo a tiempos mejores. Larry Nance Jr. homenajeó a su padre, primer campeón de la historia, pero sus vuelos no pudieron con una de las sensaciones del año, el novato Donovan Mitchell, que fue un justo vencedor con un mate que también hacía referencia al, posiblemente, mejor concurso de todos, el del 2000 de Vince Carter.
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