Natalia Verbeke, actriz

"Lo difícil es mantenerte y que
no se te vaya la cabeza"

Nació en Argentina pero a los 11 años se trasladó con su familia a Madrid. Aquí creció su ilusión por ser actriz. La vocación surgió desde pequeña, a pesar de no tener ningún familiar dedicado a este mundo. Pese a estudiar bachillerato tecnológico y sacar unas notas brillantes, no se rindió. Luchadora, persiguió el sueño. Pronto se convertió en una gran actriz, tras el papel protagonista en la película Un buen novio. Simpática, alegre, cercana y, como ella misma se define, “generosa”. Así es Natalia Verbeke, quien pese a su larga trayectoria conserva la humildad y honradez en todo lo que hace.

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Natalia
¿Qué le llevó a querer ser actriz?
No sé si hubo algo que me llevó a querer ser actriz, pero cuando vi Lo que el viento se llevó (se ríe) y vi a esa mujer tan guapa y despampanante y que fascinaba a todos los hombres y que era adorada por todo el mundo, dije: “cómo me gustaría ser esa mujer”. Y yo no sabía que eso era ser actriz. Pero además, era una lectora compulsiva, y lo soy. Siendo pequeña ya me encantaba leer. Siempre escogía un personaje del libro y sentía que era yo ese personaje, y leyendo lo vivía de esa manera y es eso probablemente lo que me haya llevado a querer ser actriz.

¿Cómo fueron sus primeros pasos en el mundo de la actuación?
Estudié en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid y en el último año dejé la escuela porque no estaba de acuerdo con el plan de estudios y ya no me quedó otra que presentarme a castings, y de repente, me cogieron en el casting de Un buen novio.

¿Qué le hizo no estar de acuerdo con el plan de estudios?
Era el primer año en el que había un cuarto. Antes había tres años de la Escuela de Arte Dramático y este eran cuatro, entonces éramos un poco los conejillos de indias. Además, se había cambiado la escuela de Ópera a la avenida de Nazaret, y esa escuela todavía no sabíamos muy bien cómo manejarla, los profesores faltaban, era una pérdida de tiempo y dije: “para perder el tiempo, nada.”

¿Cómo se tomó su familia el hecho de que quisiera ser actriz?
Al principio yo creo que les dolió un poco, porque era muy buena estudiante y ellos querían que yo hiciera una carrera tipo, una ingeniería o teleco, algo que pidieran mucha nota porque yo la tenía. Pero ellos sabían de siempre que quería ser actriz, lo que pasa, es que pensaron que como todas las niñas se me pasaría en cualquier momento. Y cuando llegué (se ríe) con las notas de selectividad y les dije que daba igual lo que había sacado, se quedaron un poco muertos, pero luego han visto que era lo que realmente quería.

¿Y cómo afrontó esa prueba para poder entrar a la RESAD
Yo me informé de todo. Había que hacer una prueba de danza, una prueba de canto, unas improvisaciones, un texto clásico y un texto contemporáneo que te daban ellos. Tú podías elegir entre tres textos clásicos y tres textos contemporáneos. Y era verano, mis padres y mis hermanos se fueron de vacaciones, y yo me quedé en Madrid y me apunté en una escuela para preparar las pruebas de ingreso a la RESAD.

Natalia
INICIOS PROFESIONALES

¿Cómo fueron los primeros años de su carrera?

Fueron unos años muy raros para mí, porque la primera peli la disfruté un montón, lo pasé súper bien, pero no pude disfrutar de todo lo que me estaba pasando. Me metía en un trabajo tras otro. Además, me agobiaba mucho más que ahora y lo pasaba mal.

¿Le costó hacerse un hueco en el mundo de la actuación?
He tenido mucha suerte porque desde Un bueno novio, mi primera película, que tuve la suerte de ser protagonista, tuve muy buenas críticas y eso hizo que me conocieran en el mundillo y empezaran a llamarme. Y, además, he tenido mucha suerte porque no he tenido que pasar años intentándolo, a mí de repente todo me vino rodado. Lo difícil es mantenerte y que no se te vaya la cabeza.

¿Cuál cree que fue la clave de su éxito que le catapultó a la fama?
El hijo de la novia fue la película donde me di a conocer. Yo ya llevaba hechas cuatro, cinco o seis películas, y se estrenó esa y de repente, empezó la gente a reconocerme por la calle, o sea, fue cuando de repente me hice famosa.

¿Qué le diría a los que están comenzando su carrera como actores?
Que tiene que ser algo vocacional y que les tiene que gustar muchísimo, porque si no, esto no hay quien lo aguante. (Se ríe)

¿El papel más difícil que haya interpretado?
Más difícil… A lo mejor la boxeadora en A golpes, por lo que exigía físicamente y porque emocionalmente me dejó destruida. Tuve que ir al psiquiatra mucho tiempo (se ríe) después de interpretar a María.

Natalia
TRAYECTORIA

¿Qué prefiere, trabajar para el cine, para la televisión o para el teatro?

En realidad, me da igual, porque lo bonito de esto es actuar, entonces estás actuando siempre en cualquier medio.

¿No tiene preferencias?
Igual el cine porque es más relajado que la tele, pero no es relajado realmente, o sea, tienes más tiempo para preparártelo, y me gusta más que el teatro.

¿Por qué cree que finalizó la serie Doctor Mateo pese a su éxito?
Porque era muy cara, era una serie muy cara.

¿Algo bueno que se llevaría de haber trabajado en esa serie?
Sí, todo. Primero que gracias a esa serie aprendí muchísimo de televisión, porque antes había hecho televisión pero nunca había estado tanto tiempo. Luego, tenía a Gonzalo de Castro que es un actorazo (guiña un ojo y se ríe) y aprendí mucho de él como actriz para la comedia. Encima me junté con mi mejor amiga en la serie, que es María Estévez, y pudimos estar ahí de party pijama durante 4 años en los hoteles. Y conocí gente maravillosa como Rosario Pardo, Lulú Palomares, Daniel Freire, pude volver a coincidir con Álvaro Fernández Armero como director, he conocido a Folk, que es un director maravilloso, Manutera…, es que es una serie que a mí
me da mucha pena que se haya terminado, luego César Rodríguez que es el productor, que es estupendo, Natalie de Antena 3, o sea, es que todo es bueno.

¿Cómo ha sido su experiencia de trabajar para dos producciones francesas, Las chicas de la sexta planta y Jeu de dames?
Increíble, para Las chicas de la sexta planta quería tanto hacer ese papel, que lo entendía tan bien y me gustaba muchísimo, que fue un placer. Lo que pasa que la verdad fue muy duro y estuve muchas noches sin poder dormir, porque tenía que viajar a Asturias y París y había días que me pillaba todo el día de grabación en Asturias, viajar por la noche, dormir dos horas en el avión, que es lo que tarda el vuelo, y ponerme a rodar a las seis de la mañana la otra, Les femmes du sixime étage, hasta las siete de la tarde y así he estado muchos días, pero bueno. Y Jeu de dames me ha venido muy bien porque no es lo mismo trabajar en cine que en tele. En tele es muy rápido todo y se cambian cosas en el momento, y claro yo tampoco es que hable francés perfecto, entonces de repente el estar en maquillaje y que te digan: “no, ha cambiado toda esta secuencia, ahora vamos a hacer…” pues claro, es un reto alucinante.

Natalia
Ha recibido muchos premios a lo largo de su carrera, ¿qué siente cuando se los otorgan?
Estoy deseando que me otorguen uno para poder disfrutarlo, porque hasta ahora todos han sido como muchos nervios.

¿Nunca ha disfrutado de lo nerviosa que estaba?
No, claro, nunca, y de vergüenza, no sé, de tener que salir ahí a hablar, soy muy tímida. (Se ríe)

VIDA PERSONAL

Colabora con diversas causas solidarias, ¿qué le aportan cómo experiencia personal?

Por un lado creo que teniendo el nombre que tengo es en cierto modo una obligación colaborar, ya que puedo con mi nombre poder atraer a gente o hacer muchas cosas, y luego personalmente me hace sentirme muy bien el saber que estoy ayudando.

¿En qué consiste exactamente el proyecto Sonrisas de Bombay?
Es un proyecto maravilloso, que afortunadamente se llevó el premio, que prepara a las mujeres indias. Porque en India las mujeres no están nada valoradas, y se las trata fatal, y se las da una formación como profesoras, para que puedan, primero desarrollarse ellas como personas, tener un trabajo, y luego también los niños que vayan a esa escuela a estudiar. Se les enseña a ellas también nutrición, todo para que esos niños puedan estar bien alimentados, pero sobre todo, es un proyecto que hace formarse a las mujeres, que tengan un trabajo por el que ser ellas independientes y poder vivir.

En su tiempo libre, ¿qué le gusta hacer?
Ir a museos, me encanta ir al Prado y al Thyssen, leer, ir al cine, venirme aquí a tomar un café con estos amigos (se ríe) y estar con amigos.

Natalia
¿Cómo se definiría en una palabra?
Generosa.

En su iPod, ¿qué tipo de música se puede escuchar?
(Se ríe) “Zaz”, el grupo “Zaz” que es una cantante francesa, “EES”, “Cat Power”, Esteban Morgado, Piazzolla, Camarón… (se ríe)

No podría vivir sin…
No podría vivir sin mi familia, sin mis amigos y sin mi perra (vuelve a reir).

¿Y cómo se llama su perra?
Satine, por Nicole Kidman en “Moulin Rouge”. Es un chihuahua enano. (Se ríe)

¿Qué libro está leyendo actualmente?
Estoy leyendo De qué hablo cuando hablo de correr, de Murakami.

¿Tiene alguna manía en especial?
Por ejemplo, en el gimnasio no puedo escoger las taquillas que son impares. Yo tengo una taquilla fija que es par, pero a veces, me tengo que ir a coger otra taquilla en la otra parte del gimnasio, porque no puedo usar las impares.

Para terminar, ¿algún sueño aún por cumplir?
Sí, trabajar con Almodóvar. (Se ríe)

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