CAMPEÓN DE EUROPA 20 AÑOS DESPUÉS DE HEYSEL

Liverpool: el club que ‘nunca caminó solo’

La historia pagó por fin la deuda que tenía con el Liverpool desde el fatídico día de Heysel, que continuó con el desastre de Hillsborough y se prolongó durante la década de los 90. La quinta Copa de Europa conseguida en Estambul supone la vuelta del club más exitoso de Inglaterra a una elite del fútbol que nunca debió abandonar, y menos por motivos extradeportivos. Aun así, ni en los momentos de gloria ni en la larga travesía por el desierto ha caminado solo: su incondicional hinchada, una de las mejores del mundo, siempre lo ha acompañado.

| Fotos: www.uefa.com
27-05-2005
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Gerrad y Benítez llegan a Liverpool con el trofeo de campeones de Europa
El triunfo del Liverpool en la final de Estambul significó mucho. Supuso la victoria de un deporte impredecible, cuya grandeza se magnificó con una remontada épica y una tanda de penaltis vibrante. También supuso el triunfo del modesto contra el más fuerte. El conjunto que entrena Rafael Benítez apeló a su orgullo y resurgió de sus propias cenizas para demostrar que nada es imposible. Con una gran dosis de heroicidad, ráfagas de buen juego, coraje y un sacrificio defensivo impagable, arrebató al Milán un título que ya acariciaba y agrandó la leyenda de un club que un día fue el más grande de Europa.

LOS ORÍGENES

Club atípico como pocos, comenzó su andadura de la más pintoresca de las maneras. Su fundador, John Houlding, poseía el estadio de Anfield Road –al haberlo abandonado antes el Everton– y una reducida afición, pero no contaba con un equipo. Así, creó uno y le dio el nombre de la ciudad. Trajo a jugadores de la Liga escocesa y accedió por primera vez a la Premier League en 1894. Tras varios descensos y ascensos, en 1901, con Alex Raisbeck como primera gran estrella, logró su primer título de liga. Sin embargo, desde entonces, excepto otra liga en 1906, vinieron cinco décadas en las que el Liverpool se convirtió en un equipo meramente ascensor, que rayaba en la vulgaridad.


Bill Shankly, entrenador del Liverpool que revolucionó el fútbol con un nuevo concepto de este deporte
Pero en 1959 llegó William Shankly, al que el Liverpool le debe todo lo que es actualmente. El joven técnico revolucionó por completo el fútbol en general, y el club en particular. Por primera vez en la época, él decidía la alineación. Decidió además que ya no tenían por qué correr los jugadores, lo haría el balón. Según su teoría, el juego consistía en pasar la pelota al jugador más cercano con camiseta roja. En 15 años le dio una nueva imagen al equipo: pasó de ser un mediocre a un campeón dentro y fuera de Inglaterra. En 1963 subió a la Premier League, en 1964 la conquistó y un año más tarde se hizo por primera vez con la Copa inglesa. El equipo de Roger Hunt, Ian St. John, Ian Callaghan y Ron Yeats lo tenía todo para triunfar en Europa: un estilo de juego propio y novedoso, un elenco de estrellas y un magnífico entrenador.

El equipo asombraba a propios y extraños, y los títulos fuera de Inglaterra no tardaron en llegar. En 1973, tras proclamarse campeones en la Premier, llegó su primer trofeo continental, la Copa de la UEFA. Pero cuando estaba en la cresta de la ola, Shankly decidió abandonar el club. Su ayudante Bob Paisley cogió el timón y llevó al Liverpool por senderos mucho más gloriosos. En 1977, llegó la tan ansiada Copa de Europa, que levantó Emlyn Hughes. Fue en Roma, contra el Borussia Moenchengladbach, al que vencieron por 3-1. Pero su mejor jugador, Kevin Keegan, se marchó del equipo y el zurdo Kenny Dalglish heredó su dorsal, el número siete. Él mismo fue el artífice del gol que le dio la segunda Copa de Europa, en 1978, contra el Brujas.

La mejor época en la historia de los de Merseyside se prolongó con la Copa de Europa ganada al Real Madrid en el Parque de los Príncipes, en 1981, que se resolvió a nueve minutos del final con un gol de Alan Kennedy. La final de 1984 fue el culmen a una etapa inigualable, en la que el Liverpool fue el rey del Viejo Continente. Con Joe Fagan como manager y el máximo goleador en la historia red, Ian Rush, el Roma cayó en su estadio en una tanda de penaltis recordada por el numerito del excéntrico surafricano Bruce Grobbelaar, quien simuló que le faltaban fuerzas en las piernas para mantenerse en pie y puso nervioso a Francesco Graziani, que falló.


Así quedó el estadio de Heysel en 1985 tras el desastre en el que murieron 39 personas
DE LA DESGRACIA AL OCASO

Pero en 1985, la que pudo ser quinta Copa de Europa se convirtió en la página más negra de la historia del Liverpool. Justo antes de comenzar la final contra el Juventus, una avalancha de hooligans provocó el derrumbamiento de una pared del estadio de Heysel y la muerte de 38 aficionados turineses y uno belga. El resultado del partido, que ganaron los italianos con un gol de Michel Platini, fue lo de menos. A los reds los desterraron de las competiciones europeas durante cinco años. Pero en 1988, la desgracia se volvió a cebar con ellos, con la muerte de 95 aficionados en el estadio de Hillsborough. Pese a todo, la tragedia no desintegró al club, espoleado por una afición leal como pocas, que continuó al pie del cañón: pero ni Dalglish, ni Graeme Souness, ni Roy Evans pudieron devolverle el orgullo perdido.

El francés Gerard Houllier, ya mediada la década de 1990, trajo de vuelta los títulos y, en 2001, consiguió la triple corona: la Copa de la Liga, la Charity Shield –la Supercopa inglesa– y la inolvidable UEFA, que ganó por 5-4 contra la revelación de aquella temporada, el Alavés. Sin embargo, fue un destello puntual y, pese a la gran inversión en fichajes, los reds siguieron, a pesar de contar con un Balón de Oro en sus filas, como Michael Owen, por sus derroteros.

Un español ha devuelto al Liverpool al trono europeo después de dos décadas, y se espera que tan sólo sea el inicio de un nuevo ciclo. Benítez cuenta con un proyecto de cinco años que ha empezado a rendir antes de lo esperado. La plantilla actual, que mezcla a la perfección jugadores experimentados con jóvenes que tienen mucho que dar aún, como Djibril Cissé y Xabi Alonso, invita al optimismo. Pero no se debe olvidar que los ingresos por el título europeo permitirán invertir en el fichaje de otras estrellas, según el criterio del manager, con la intención de volver a dominar Inglaterra y Europa y tutear al Arsenal, al Chelsea y al Manchester United.

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    Nacho Martínez

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