No Podemos

17-11-2014
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España como Venezuela presenta similitudes, a pesar de que muchos me digan que no es posible tal cosa porque el primero está en Europa. El aumento de Podemos surge en un momento de máxima crisis política de un sistema bipartidista.

Es cierto, España no es Venezuela, pero los orígenes de ambos procesos y sus futuras consecuencias pueden ser similares. En ambos casos, Hugo Chávez y Pablo Iglesia irrumpen haciendo uso de los medios de comunicación. Al primero, solo le bastó poco más de un minuto para convertirse en líder de un movimiento, al otro varios años haciendo uso de los medios académicos para crearse su figura, a través de sus programas.

He visto en primera persona el arrastre que está teniendo Podemos en la sociedad española y varias cosas me sorprenden y otras me dan lástima: me sorprenden como algunos ven con crítica el régimen venezolano y apoyan a Podemos y sus líderes, cuando estos han estado ¨asesorando¨ a Venezuela por años. Por tanto, me sorprende la capacidad e ignorancia de muchos (académicos amigos incluidos), en lograr separar el pasado individual de Podemos con el presente de este partido o movimiento en España. Ello sin contar del mensaje y poco ¨aguante¨ que tiene Pablo Iglesias en fundamentar sus planes u objetivos, al no poder pasar de los sentidos comunes, cargados de virulento maniqueísmo entre los que tienen y los que no tienen (si en Venezuela se hablaba del puntofismo y la Cuarta República, en España se habla de castas).

Lo que me da lástima son los niveles de sorpresa que muchos amigos periodistas y académicos tienen de dicho proceso. En muchos casos, han considerado esta opción como una ¨nueva forma de hacer política¨. Como latinoamericano y sociólogo, el verdadero proceso de análisis no es el movimiento en sí, sino lo que está haciendo que gente común se adhiera, cuando éste no pasa de ser un movimiento 100% populista, de corte latinoamericano, a más no poder.

Como le decía a un amigo (militar) en España, simpatizante de Podemos, qué votes con los deberes hechos y sigas interesado en apoyarle, me parece legítimo. Pero el estado que vive la Sociedad española no puede llevarnos a escoger entre cortarme la aorta o la vena del torero, por más hastío o hartazgo exista. La clase política tradicional requiere replantearse, sin llegar a convertirse o seguir la estela de Podemos para ello; pero tampoco me creo el cuento que este nuevo partido es un cambio, sino es el resultado de la endogamia aun existente.

Si en Venezuela la alternancia de Acción Democrática y Copei parió a Chávez; en España, la alternancia del PP y PSOE ha parido algo igual de preocupante: Pablo Iglesias y Podemos. Por tanto, no creo que la opción por sacar el país adelante sea apoyar a Podemos o votar con indignación.

Debemos hacer esta vez bien la tarea, al momento de escoger a quien votamos y, sobre todo, votar una opción que ayude a fortalecer la institucionalidad del Estado. Ello, con el fin de evitar que chorizos o rateros entren para lucrarse a nuestra costa.

Mi voto al menos no será con hambre o rabia esta vez, sino ¨voto útil¨. No me creo que para sanear la casa de ladrones debo dejar a cargo a populistas interesados en vaciar la poca institucionalidad del Estado, aduciendo ¨sentido social¨ y haciendo uso maquiavélico de las miserias que muchos viven en España en la actualidad. Esto lo tengo ya muy visto en Venezuela, como hispano-venezolano que soy.

Elías Said

Doctor en Periodismo por la UCM

Profesor universitario y experto en Comunicación

Investigador, consultor y SMAC con más de 10 años de experiencia profesional


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