La Unión Europea no nació con el anhelo de unificar, sino con el de pacificar. La consecuente estabilidad del proceso hizo que Europa y su unión semi-planificada atrajera a otros a este barco. Pero ni la expansión, ni el crecimiento, ni el poder eran la prioridad. Independientemente del fin, la Unión Europea ha conseguido llegar a ser un referente económico para el mundo y superar las profundas diferencias filosóficas entre sus Estados miembros. Y justo sobre esto, la diferencia de pensamientos económicos, principalmente francés y alemán, es de lo que trata el libro El euro y la batalla de las ideas.
Ni bueno, ni malo. Ni negro, ni blanco. Europa son muchos matices, concretamente 28 tonalidades de gris. Y aunque es cierto que las decisiones más importantes se acaban discutiendo entre los países de mayor poder económico y superficie, no se puede culpar del destino de la Unión Europea a uno u otro Estado o gobernante de turno. Si somos uno para lo bueno, también para lo malo.
En 2010 Europa sufrió una grave crisis económica. Países estables como Grecia, Irlanda, Italia o España se derrumbaron económicamente. Y con ellos también la estabilidad y expansión del euro. Ni existía ni existe una filosofía económica coherente e única en Europa para solucionar este problema. Pero sí el interés de sus países miembros por alcanzar, como en su origen, un lenguaje común. Y esto justo es lo que se hizo hace ocho años. Buscar lo común para crear de nuevo.
Así pues, el libro expone la necesidad de que los europeos seamos capaces de escoger lo mejor del pensamiento francés, como es la solidaridad económica para con los países que tienen grandes déficits - inevitables según su concepto -, y del pensamiento alemán, como son su capacidad para acatar la legalidad de las normas de los tratados, fusionarlo y mantener en pie al euro y a Europa.
Asimismo, los autores del libro advierten de futuras y actuales amenazas geopolíticas a parte de los resquicios de la crisis económica que aún perdura. Entre ellos, el conflicto de seguridad Ucrania – Rusia, un enfrentamiento inesperado que empezó en febrero de 2014 cuando hombres armados prorrusos tomaron posiciones clave en Crimea - una parte de Ucrania - y que tras un referéndum de legalidad cuestionable declararon anexo a Rusia, o también advierten sobre la crisis de refugiados procedentes de las zonas de conflicto oriental o la discusión del terrorismo islámico, más presente que nunca desde el ataque terrorista contra la revista satírica Charlie Hebdo en 2015.
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