Durante la niñez la curiosidad está a flor de piel y es en los primeros años de vida cuando las personas sienten la necesidad de preguntar la razón primera de todo lo que les rodea. ¿Por qué un animal emite este sonido? ¿Cuál es la causa por la que mamá hace eso? ¿Para qué sirve aquello? Al crecer la gente se va olvidando de esa fiebre por las preguntas. No obstante, con los años, cada uno suele encontrar su vocación. Ese algo que le atrapa en torno a lo que construye todo un mundo, y es entonces cuando vuelve esa vieja costumbre por cuestionar cada insignificancia, , siempre sobre el tema favorito de cada quien, claro.
Ignacio Merino (Valladolid 1954) es un autor enamorado de la historia. Su carrera periodística siempre ha estado especialmente encaminada hacia ese sector. Colaboró con el diario El Mundo en la obra colectiva El reportaje de la historia. Igualmente, ha participado en calidad de columnista aportando su sabiduría en distintas publicaciones de esa clase. Además, sus escritos de ficción también reflejan ese tema. Prueba de ello es Amor es rey tan grande, ficción albergada desde la perspectiva psicológica de la tragedia vivida por Leonor de Guzmán. Este literato disfruta aportando otros puntos de vista a narraciones basadas en hechos reales. Digna prueba de su desenvoltura es su último libro.
En Porque España Merino recurre a esa extraña afición de cuestionar cada palabra, cada acto, para crear un manual sobre la historia de España desde la civilización de Tartesos hasta los inicios del comunismo, indagando siempre en la raíz, dentro del origen. De una forma original y con un virtuosismo desconocido hasta el momento, esta especie de manual juega un doble papel al ejercer como fuente de información histórica para los mayores amantes de la materia sin perder de vista su característica principal, actuar como el mejor diccionario de simbología y por lo tanto sabiduría que circuló nunca por el mercado cultural.
Si hay algo cierto es que se trata de un ejemplar extraño y desde luego único en su especie. No cabe duda de que es todo un hallazgo en la industria, pues hasta el momento los lectores encasillaban las publicaciones entre ficción o realidad. Sin embargo aquí se encontrarán con una simbiosis tan lograda como confusa. Al hablar de este tomo se viene a la mente un diamante en bruto, al cual le falta pulirse en muchos aspectos pero que encierra en sí todo un mundo de novedades y en este caso cultura sobre el país. Lleno de elementos que muy pocos conocen y ahora están a la alcance de todos los que quieran bucear en este terreno tan escabroso como lleno de posibilidades.
El planteamiento presenta una majestuosidad y amplitud de miras inmensa, que puede jugar negativamente para el lector medio. Le hubiese faltado algo de sencillez en el planteamiento, que algunos juzgarán ya fuera de alcance. Debido a este ligero error en el punto de partida, con páginas demasiado repletas de información y una forma de expresarse exquisita en el sentido más limitante de la palabra, el libro se hace digno merecedor de los historiadores natos, de aquellos que no temen emprender aventuras demasiado arduas cuando el tema les atrae lo suficiente. No es, pues, una narración asequible ni sencilla, más bien puede definirse como una perla escogida para unos pocos seleccionados.
En este caso es la portada quien elige al dueño cuando casi siempre se hace a la inversa. De cualquier forma, y aunque le falte ese toque de best seller entretenido que se lee en tres días, es muy digno para los que saben lo que pueden esperar de él. Nunca fue un libro para todos, pero a los pocos que decidan confiarle su tiempo libre no les defraudará.
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