Las matemáticas nunca han sido temario divertido para los niños y adolescentes. ¿O sí? Éste es el extraño caso de Billy Twillig, un joven de 14 años procedente del Bronx que vive en una constante operación de integradas, raíces y derivadas. Le invitan a participar en un proyecto de investigación y estudio de unas posibles retransmisiones alienígenas que proceden de un lugar secreto de Asia Central. En concreto de la estrella Ratner. Los científicos llevaban años trabajando en vano hasta que dieron con este pequeño cerebrito que con tan solo 14 años recibió un premio Nobel por su tremenda sabiduría.
El joven prodigio vive en un constante vaivén de números, lógica, ciencia y pragmática sin sentido llevada al extremo. Todo lo que le llega desde la vista, el tacto, y el oído es analizado posteriormente en su pequeña cabecita. Números y más números que intentan descifrar hasta las dimensiones de una persona un tanto fondona.
Una novela literaria con rasgos de ficción y ápices de humor que envuelven al lector en un círculo de lo absurdo. Si bien es cierto, el autor utiliza muchos tecnicismos relativos al mundo científico pero posee un ritmo ágil y entretenido. La personalidad del protagonista, y la combinación de los diálogos y escenas son los puntos clave de la obra. La estrella de Ratner es el libro perfecto para pasar un buen rato y evitar los libros convencionales.
La novela fue el primer libro de Don DeLillo que se publicó en 1976. Hoy podemos disfrutar de la versión española. El autor ha sido considerado uno de los mejores narradores americanos contemporáneos. Ha escrito quince novelas y varias obras teatrales. Los nombres (1982), Ruido de fondo (1985) o Cosmópolis (2003) entre muchas otras. Encontró su pasión en la narrativa gótica del siglo XIX. Muchas de sus obras comparten la misma tendencia de extraer una parte de la realidad para compararla con un mundo paralelo, hecho que le convierte en un escritor excepcional.
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