Grecia partía como gran favorita ante el combinado balcánico. El cuadro de Fotis Katsikaris había barrido a Argentina y Croacia en la fase de grupos, mientras que Serbia solo había podido ser cuarta tras España, Brasil y Francia. Sin embargo, el orgullo de Bogdanovic, Raduljica y, sobre todo, Teodosic, fue clave para que Serbia lograse el pase a cuartos de final.
Los balcánicos fueron siempre por delante en el marcador del Palacio de los Deportes con Raduljica y Bogdanovic secundando a Teodosic con 21 y 16 puntos, respectivamente. El base sumó 13 y 5 asistencias, pero eso no fue lo más importante de su juego, sino la forma en la que creció a lo largo del choque, cómo leyó el mismo y el control y la autoridad que ejerció en los minutos decisivos.
Enfrente, Grecia, levemente favorita, se diluyó enseguida, sin personalidad en su baloncesto y en sus hombres. Bourousis solo llegó a cinco rebotes y nueve puntos. Calathes fue su máximo anotador con 14.
Al comienzo del encuentro, los balcánicos llevaron ya la iniciativa con Kalinic liderando a los suyos con ocho puntos casi seguidos. Ellos sí parecían saber a qué jugaban, mientras que a los helenos les costaba coger el ritmo y el pulso del choque.
Printezis mantuvo a Grecia en el marcador en los primeros diez minutos con ocho de los 20 puntos de los de Katsikaris para llegar tres por debajo al final del primer cuarto (23-20). El rebote y la defensa griegos mejoraron en el segundo periodo con Zisis y Bourousis destacados entre los azules.
Pero los de Djordjevic dejaron claro, de nuevo y por si había alguna duda, que no iban a ser unos rivales fáciles. Teodosic, Bogdanovic, Kalinic y, sobre todo, Raduljica en la zona helena, mantuvieron por delante a los balcánicos, con escasas diferencias de entre uno y cinco puntos. Cuatro en el descanso: 46-42.
Un parcial de 9-2 a favor de Serbia puso por primera vez a siete (59-52) a éstas a 3:34 para el final del tercer cuarto y obligó al técnico griego a pedir tiempo muerto. Sirvió en parte porque mejoraron en defensa, pero en ataque siguieron muy romos. Tres tiros libres de Teodosic y dos de Krstic aumentaron a once la distancia (64-53) y acercaron a los blancos a los cuartos de final en el minuto 28. Mientras, Bourousis permanecía en el banquillo.
Teodosic siguió sin encontrar rival. Vasileiadis apenas aportó un triple al comienzo del cuarto final y el base balcánico se creció hasta llegar mediado el cuarto periodo a lo que se puede calificar de exhibición. Asistencias por arriba, por abajo, un robo aquí y otro allá. El "tempo" era suyo y el partido de Serbia.
El amo de la segunda parte cerró el encuentro a seis minutos para el final con un pase a Bjelica que acabó en falta, transformada por el pívot en dos puntos que elevaron a 14 la ventaja: 76-60, con solo seis puntos de los griegos en los seis minutos iniciales.
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