La cuenta atrás para el inicio de la temporada ha comenzado y los Kings ya han ganado su primera batalla. Tras conseguir que el traspaso de la franquicia a Seattle sea cancelado, los de Sacramento quieren cambiar el rumbo de su equipo y recuperar la gloria del pasado. Para ello han formado un núcleo de jóvenes talentos con ganas de ganar liderados por el rookie Ben McLemore.
Allá por el inicio de la década del 2000, los Sacramento Kings eran unos de los pesos pesados de la NBA. Chris Webber, Vlade Dicav, Peja Stojakovic, Doug Christie, Jason Williams o Gerald Wallace eran algunos de los nombres que componían la plantilla de un equipo que era conocido como “The greatest show on court” (El mayor espectaculo de la cancha). Por aquel entonces, los Kings eran uno de esos equipos que querías evitar si querías mantener una racha de victorias intacta. Y desde luego, también cabe recordar a la hinchada del Sleep Train Arena, que no pasaba desapercibida. Sin embargo esos días de oro han quedado atrás. Sobre el 2006 el equipo cayó en desgracia. Su entrenador Eric Musselman fue detenido cuando no se presentó a un juicio por conducir bajo la influencia del alcohol, dejando a su equipo a la deriva. Además, Ron Artest empezó a dar las primeras muestras de su cabeza caliente cuando también fue detenido, en esta ocasión por violencia doméstica. En definitiva, el 2006 fue un año negro para los Kings, que terminaron la temporada con su peor record en nueve años, 33-49.
Aun así, lo peor estaba por llegar. Ya que desde entonces el equipo ha ido cuesta abajo y sin frenos. El fichaje del rookie del año del 2009, Tyreke Evans, trajo esperanza para los Kings. Sin embargo, Evans perdió el norte y después de su primera temporada en la NBA su números empezaron a decrecer. La llegada de Demarcus Cousins en el Draft del 2010 ayudó, aunque el pivot estaba constantemente metiéndose en problemas con la ley y discutiendo con sus compañeros.
La debacle del equipo era tan grande, que se estuvo considerando relocalizar la franquicia en Seattle para el inicio de la temporada 2013. Pero para fortuna de los fans de Sacramento, esos planes no se solidificaron gracias al compromiso que los hermanos Maloof, los nuevos propietarios del equipo, adquirieron con los Kings.
Esta temporada los de Sacramento buscan escalar posiciones en el ranking. Para ello, se han liberado del pesado contrato de Tyreke Evans, ya que aunque no se puede negar su talento, su estancia con los Kings no estaba cuajando. El escolta fue traspasado a los Pelicans a cambio de Greivis Vasquez. También sumaron a sus lineas a Carl Landry y a Luc Richard Mbah a Moute. Pero desde luego, el movimiento que más expectación ha creado y con el que los Kings están más contentos, es la llegada del rookie Ben McLemore. Que un jugador de su perfil acabase en la séptima selección del Draft, ya es casi un milagro. Pero lo mejor es lo que el escolta de la Universidad de Kansas pone sobre la mesa. Siendo comparado como una mezcla entre Ray Allen y J.R. Smith, McLemore posee una facilidad abrumadora para anotar y un dribbling que le abrirá sin problemas su paso hacia la canasta.
El gran reto al que se enfrenta es la presión a la que será sometido cuando en más de una ocasión todo el peso del equipo recaiga sobre sus hombros. Y aunque tan solo tiene 19 años, McLemore ha declarado que lo tiene claro y que va a por todas, y que en su ascenso, le van a acompañar los Kings.
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