El Barcelona se corona en París

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El Barcelona se llevó su segunda Euroliga después de ganar al Olympiacos griego en un encuentro que dominó de principio a fin. El equipo catalán hizo historia y dio por buenos los pronósticos que le situaban como máximo favorito al título. El Barça empezó muy enchufado y muy intenso en defensa, lo que anuló los sitemas de ataques del conjunto del Pireo. Éstos entraron a la pista sin intensidad y algo nerviosos por la ocasión -no en vano llevaban 13 años sin pisar la final. Sólo les sostenían las acciones del MVP de la Euroliga, Milos Teodosic, quien pudo anotar con facilidad, mientras que las estrellas helenas, Josh Childress y Linas Kleiza, se mostraban desaparecidas. Así, el primer cuarto acabó con los azulgranas nueve puntos arriba (28-19).

El segundo cuarto comenzó con los españoles igual de intensos que al inicio. Un triple de Gianluca Basile puso doce puntos de diferencia, aunque fue respondido por otro de Ioannis Borousis, único de los atenienses que anotaba con cierta facilidad, merced a la férrea defensa de los de Xavi Pascual. Al rato apareció el veterano Theodoros Papaloukas, que se sumó al pívot heleno como los únicos que conseguían mantener la nave a flote. Milos Teodosic se tuvo que ir al banco al cometer la tercera falta personal, muy crispado por los árbitros junto a todo el equipo de Atenas, al considerar el límite arbitral a favor del Barcelona.

En la segunda mitad, el Olympiacos salió a por todas, sabedor de que o espabilaba o se le iba la final. Y fruto de ello lograron reducir la desventaja a cinco puntos, aprovechando los errores en ataque del conjunto azulgrana. Los catalanes, cuando veían problemas, cargaban el juego sobre sus pívots. Así, unas veces Fran Vázquez y otras Boniface Ndong, salvaban la renta adquirida. Con ello, gracias a un triple de Sada y un dos más uno de Boniface Ndong, los de la Ciudad Condal pusieron catorce puntos de distancia que ya no remontaría el equipo griego. EL último cuarto no tuvo historia, con el equipo catalán aguantando el resultado y los griegos sin poder hacer nada. Navarro aprovechó para seguir sumando y atar el trofeo de mejor jugador de la final, gracias a sus 21 puntos.

En el partido por el tercer y cuarto puesto, el CSKA de Moscú se impuso al Partizán de Belgrado tras una prórroga, en un duelo en el que los dos equipos mostraron muchas ganas de vencer y dignificaron este premio de consolación. Los moscovitas se llevaron el encuentro gracias, entre otros, a Trajan Langdon, autor de 32 puntos, que dio un recital de juego y fundamentos. Los rusos estuvieron por delante durante el primer tiempo, aunque tras el descanso los serbios lograron sobreponerse. En los últimos minutos, el juego de tiros libres cayó del lado del Partizán, que consiguió forzar la prórroga a pesar de ir tres puntos abajo. En el tiempo extra, con los balcánicos un punto arriba, John Robert Holden anotó el triple decisivo a falta de dos segundos, lo que llevó la medalla de bronce a tierras moscovitas.

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