MACROECONOMÍA
La economía española se desacelera empujada por la crisis turística
Por Paula Escalada Medrano1 min
Economía04-09-2004
Siempre que hay un cambio de gobierno se produce cierta inestabilidad económica. Siempre que algo importante sucede en un país, los procesos de inversión, motores de su economía, descienden. Esta incertidumbre, sumada a la casualidad de que los inversores extranjeros no están en su mejor momento, puede ser la causa de los no muy buenos datos económicos obtenidos por el nuevo Gobierno de Zapatero durante su primer trimestre de actuación.
Los datos ofrecidos por el INE (Instituto Nacional de Estadística) referentes al segundo cuatrimestre del 2004 muestran el alejamiento de las previsiones anuales del Gobierno. En ellos el Producto Interior Bruto (PIB) crece sólo un 2,6 por ciento, una décima menos de lo esperado, frente al 2,8 por ciento interanual que se pensaba alcanzar. Por ello, muchos expertos se atreven ya a decir que alcanzar dichos objetivos es imposible, puesto que durante el segundo semestre del año el PIB debería crecer un tres por ciento o más. Los analistas también hablan de las causas del deterioro de la actividad económica. Las principales: el empeoramiento del comercio exterior y el estancamiento del consumo. La primera causa se comprende al observar la situación de dos grandes potencias europeas: Francia y Alemania. Estos países todavía muestran síntomas de debilidad económica, por lo que las exportaciones españolas se han visto seriamente dañadas. La segunda causa es sencilla de entender: la renta de las familias es insuficiente para financiar sus gastos; he aquí dónde surge el endeudamiento de éstas y el posterior estancamiento del comercio por tenerse que apretar el cinturón. Este dato es muy importante, puesto que el consumo de los hogares aporta un 60 por ciento del PIB al país. Además, la situación no parece que vaya a mejorar en los próximos meses debido a la crisis de una de las grandes bazas de ingresos en España: el turismo. Desciende el número de visitantes extranjeros, sobre todo alemanes, por la crisis antes mencionada; aumenta la competencia con otros destinos turísticos mediterráneos; se reduce también la estancia media y el gasto por turista en España... En fin, un panorama bastante negro y que, sin duda, se hará notar en los datos económicos del tercer trimestre.