PARÍS-DAKAR
El campeón esperado
Por Miguel Venegas
2 min
Deportes18-01-2004
Joan Roma logró por fin lo que tantos años habían negado a los pilotos españoles, coronar a un campeón en el desierto. Una victoria más que personal: un equipo que se lo merecía y el prestigio de pilotos como Jordi Arcarons, Carlos Sotelo, Óscar Gallardo, Carlos Mas... que nunca consiguieron saborear las mieles del triunfo en el Lago Rosa.
El deporte español estaba necesitado de un gran campeón que encumbrara el arduo trabajo de los pilotos españoles durante los 25 años de historia de la más apasionante carrera por el desierto. Un campeón que se ha encontrado, al fin, en el que posiblemente haya sido el Dakar más duro y globalizado de los últimos tiempos. Nani Roma, mejor que nadie, ha simbolizado una lucha española a lo largo de mucho tiempo. A sus 31 años participa en su noveno Dakar. Las arenas y el sol de todas las dunas pasadas, los accidentes, las averías, los imprevistos con la fauna; las arrugas en la frente de este coloso de los raids señalan en su memoria las aventuras de un rally que no había sido justo con él. El ahora campeón no se olvida, con un tinte de amargura, de los reveses del destino en ediciones pasadas, que le impidieron pasear por Dakar con la victoria en su mano. El año 2000 fue el más dramático; cuando Roma era líder con 20 minutos de ventaja a falta de dos jornadas para llegar a El Cairo. El motor de su moto, sin embargo, decidió que no podía más, y el motor español lloró más que nunca con la mayor de las frustraciones. El Sahara se opuso a su destino en más ocasiones, a menudo a costa de regresar evacuado en helicóptero, pero esta vez ni el motor, ni las traicioneras dunas, ni las vacas en medio de la carretera han podido con una victoria trabajada al detalle. Tarde o temprano, el Dakar da lo que algún día quitó. El equipo que patrocina Repsol, con Nani Roma en cabeza, se pasea por Dakar con la sonrisa de campeón, ganada por haber conseguido pasar de ser un piloto rápido a otro que tiene concentración para navegar, cuidar la mecánica, vigilar a sus oponentes... y seguir disfrutando sobre la moto. Un equipo guiado y liderado por la mayor leyenda española del desierto: Jordi Arcarons, un nombre que suena a Dakar. El veterano catalán logra ahora como director lo que se le negó durante 16 años como piloto. Sin él y sin el equipo de lujo que completan Isidro Esteve y Marc Coma -quien tuvo que abandonar a falta de cuatro etapas por una caída-, puede que Roma no hubiera podido aguantar la arena sobre su moto. La victoria encumbra a Roma, pero sobre todo al deporte español, que después de muchos años, es el protagonista en la llegada a Dakar.