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SANIDAD

El mal de las ¬vacas locas¬ podría transmitirse por transfusiones

Por Alfredo López ZamoraTiempo de lectura2 min
Sociedad17-12-2003

Desde hace tiempo los expertos han sospechado que el mal de Creutzfeldt-Jacob, más conocido como el mal de las vacas locas, pudiera transmitirse a través de transfusiones de sangre. La muerte de un ciudadano británico por contraer dicha enfermedad, después de recibir una transfusión de sangre de un donante infectado, ha aportado nuevos datos a estas investigaciones.

"Es la primera vez en el mundo que se detecta un posible caso de transmisión de la forma humana de la enfermedad a consecuencia de una transfusión", afirmó John Reid, ministro británico de Sanidad. El fallecido fue sometido en 1997 a una operación en la que recibió la sangre contagiada con la enfermedad. La autopsia ha confirmado que había contraído el mal de Creutzfeldt-Jacob para el que, de momento, no hay tratamiento. Las autoridades han mostrado su preocupación ante la posibilidad de que otro paciente haya recibido sangre procedente del mismo donante. Después de seis años el británico ha perdido la vida. El donante no había mostrado síntomas de esta enfermedad cuando ofreció la sangre en 1996, pero tres años después se desarrolló el mal y murió por esta razón. El período de incubación de la enfermedad es largo, por lo que no se descarta que muchos de los donantes puedan ser portadores. El anuncio de esta información ha suscitado la preocupación de los miles de pacientes que reciben sangre cada año en Gran Bretaña. Se calcula que en total quince personas han podido recibir la sangre de donantes que más tarde han desarrollado variantes del mal de las vacas locas. Todos estos pacientes han sido localizados y analizados, aunque en la actualidad todavía no se ha desarrollado la enfermedad. "Es posible que la enfermedad haya sido transmitida por el donante a la persona que recibió la transfusión de sangre, en circunstancias donde la sangre del donante haya estado infectada, donde tres años antes el donante desarrolló una variante de la enfermedad, y donde el paciente que recibió la sangre desarrolló una variante de la enfermedad bovina después de seis años y medio", afirmó John Reid, matizando que "esta es una posibilidad, no una conexión casual". No hay pruebas contundentes de que el paciente falleciera a causa de esta transfusión o si contrajo la enfermedad por comer carne afectada. Pese a la imprecisión Reid afirmó que "la posibilidad de que este caso esté relacionado con la transfusión no debe ser descartado" aunque no se puede dejar de pensar también "que ambos casos sean independientes".