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VUELTA A ESPAÑA

Heras, el triunfo de la constancia

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura1 min
Deportes28-09-2003

Roberto Heras logró su segundo triunfo en la Vuelta a España, tras el que consiguió en 2000, cuando vestía los colores del Kelme. El bejarano, además, amplía su gran historial: nunca ha bajado del sexto puesto en la general final, y en 1999 fue tercero. Heras se sacó la espina de 2002, cuando Aitor González le arrebató el título en la contrarreloj que acabó en Madrid.

El trabajo de tres temporadas con el ex corredor del ONCE Johan Bruyneel y con Lance Armstrong en el US Postal, además de permitir al estadounidense ganar tres Tours de Francia, le ha servido para mejorar, poco a poco, su rendimiento en la contrarreloj. Así, en Zaragoza y Albacete, aunque su compañero Manolo Beltrán e Isidro Nozal demostraron una gran fuerza, Heras no destacó, pero trabajó duro y perdió menos tiempo del que en principio esperaba. En la montaña, demostró que no ha perdido ni un ápice de clase: el bejarano es uno de los pocos corredores capaces de guardar fuerzas en los momentos de máximo esfuerzo y sorprender con cambios de ritmo a sus rivales. Pero sobre todo, Heras nunca ha perdido los dos grandes rasgos de su carácter: la calma en los momentos difíciles, la cabeza fría para centrarse en sus objetivos y la confianza en sus posibilidades. El apoyo de su familia, en una temporada difícil en el aspecto personal, por el fallecimiento de su padre y el nacimiento de su primera hija, le ha sido de gran ayuda. Pero a sus 29 años, la veteranía ha sido clave: hace un año sufrió en carne propia la impotencia y el peso del liderato, y aunque le sorprendió el hundimiento de Isidro Nozal en la cronoescalada de Abantos, en la que a priori optaba sólo a la victoria de etapa, el salmantino se mostró ambicioso, cuando parecía que la diferencia –algo más de cinco minutos, después de la contrarreloj de Albacete– era imposible de remontar.