CINE
Valladolid, donde el cine no es arte ni espectáculo
Por Héctor LLanos Martínez
2 min
Espectáculos09-05-2003
La disparidad con el arte cinematográfico como nexo común hace del Festival de Cine de Valladolid contenedor de ciclos opuestos entre sí, a sabiendas del interés que despiertan en su fiel público. Costa-Gravas y Mariano Ozores serán homenajeados en la edición del próximo octubre.
El director de origen griego Costa-Gravas estrenó su último y polémico filme en la pasada edición del festival castellano. Amén, protagonizada por Mathieu Kassovitz, es una de las 19 razones en la filmografía del cineasta por las que es considerado un clásico contemporáneo. Desde el propio festival se define su carrera como "una de las obras más coherentes, variadas y enriquecedoras del cine actual". En su vertiente europea destacan títulos como Z, de 1969, y la propia Amen, mientras que Missing, del año 82, con Jack Lemmon y Sissy Spacek, constituye uno de sus mejores trabajos en los Estados Unidos. El fallecido José Luis Ozores, miembro del famoso clan artístico, supuso la personificación del vecino de al lado en la comedia española de los años 50 y 60. Los ladrones somos gente honrada, Recluta con niño y El gafe son reflejo del costumbrismo imperante en el cine de la época con el actor madrileño como punta de lanza. De nuevo un país europeo es el país invitado para recorrer su producción cinematográfica. Bélgica recoge el testigo de Polonia y protagoniza un ciclo a su medida titulado Entre el surrealismo y el hiperrrealismo en el que se proyectarán quince largometrajes correspondientes a los últimos doce años de su filmografía. Por otro lado, Teherán es la Ciudad de cine escogida en esta edición. Con ella se abren las puertas al cine iraní en España. La ciudad es escenario habitual del cine de su país, como se podrá comprobar en el ciclo organizado por la Seminci junto a la Cinemateca de Irán y el parisino Forum des Images. Anualmente el festival repasa las escuelas cinematográficas más importantes del mundo. En esta edición la de la Comunidad de Madrid (ECAM) centra la atención de dicha sección con tan sólo nueve años de historia. Valladolid no espera a las cámaras ni a la alfombra roja para elogiar al cine. Quizá por ello escoge el otoño para ofrecer un festival tan vetusto y elegante como la propia ciudad.