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FRANCIA

Los sindicatos y la oposición llaman a la huelga contra la reforma del sistema de pensiones

Por Gema DiegoTiempo de lectura2 min
Economía11-05-2003

“En 1960, cuatro activos financiaban la pensión de un jubilado; en el 2000, no eran más que dos, y en el 2020 cada activo tendrá que soportar las necesidades de un jubilado”. Este razonamiento del primer ministro francés, Jean Pierre Raffarin, es el pilar sobre el que se sustenta el plan de reforma de las pensiones, que tratará de salvar el agotado sistema público galo.

Tanto Raffarin como el presidente de la República, Jacques Chirac, han puesto de relieve la necesidad del cambio y el esfuerzo compartido para mantener las pensiones a pesar del impacto que supone el progresivo envejecimiento de la población. El ministro de Asuntos Sociales, François Fillon, ha hecho hincapié en la “urgencia absoluta” de la reforma ya que, de no hacer nada, el Estado tendría que invertir en las prestaciones el cuatro por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en el 2020, lo que dispararía el déficit público de Francia. El plan se apoya en tres medidas básicas. La primera, una homologación y un posterior aumento del número de años de cotización en el sector público y en el privado. Actualmente, los funcionarios necesitan cotizar 2,5 años menos que los trabajadores del sector privado para obtener una pensión íntegra. La reforma pretende igualar ambos sistemas entre el 2004 y el 2008, para, entre el 2012 y el 2020, incrementar hasta 42 años el período de cotización. Asimismo, las jubilaciones anticipadas sufrirán una penalización de un tres por ciento por cada año de anticipo. Sin embargo, por cada año cotizado más allá de lo necesario, la pensión engordará también un tres por ciento. Por último, se fijará el porcentaje medio de cálculo de las prestaciones en el 75 por ciento del salario y, para ello, se tendrán en cuenta los últimos tres años de trabajo (no sólo los últimos seis meses, como se hace ahora). Los sindicatos y la oposición no están contentos con este plan, y aún menos con la actitud de Raffarin. “No es la calle la que gobierna”, había advertido el primer ministro francés para indicar que no haría caso a las huelgas y manifestaciones. Por esto, Lucha Obrera (LO) acusa a Raffarin de cinismo y, en general, todas las organizaciones de trabajadores insisten en que se ha basado en la “intimidación” y en un “discurso guerrero” para poner en marcha su plan, escondiéndose tras la careta del “esfuerzo compartido”. “Quiere condicionar a la opinión pública haciéndole creer que no habrá pensiones mañana”, explican. Por eso, han hecho un llamamiento a todos los trabajadores para que recuperen el espíritu del 1 de mayo y se vuelvan a lanzar a la calle el próximo 13 de mayo.