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KARATE

La virtud en el combate y la técnica

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura2 min
Deportes24-11-2002

El karate, de origen japonés, es un arte marcial modificado y transformado a una filosofía de vida. Lo esencial es el desarrollo de la interioridad y la búsqueda de la perfección del carácter, a través del riguroso entrenamiento. En la vertiente de competición hay dos modalidades: kumite y kata.

La competición de kumite se puede dividir a su vez en individual, con categorías de peso y open, que se componen de combates, o por equipos, con siete miembros en la competición masculina –de los que compiten cinco en cada eliminatoria– y cuatro en la femenina, con tres competidoras. El resultado del combate queda definido cuando un contendiente obtiene una ventaja de ocho puntos, o bien, transcurrido el tiempo, cuando tenga ventaja de puntos, por decisión de los jueces –hantei–, o bien el oponente sea descalificado –por hansoku o shikaku– o renuncie –kiken–. Los combates duran tres minutos para las categorías masculinas, individual y por equipos, y dos minutos para las femeninas. Los jueces otorgan sanbon –tres puntos–, nihon –dos puntos– e ippon –un punto– cuando el competidor realiza una técnica en una zona puntuable –cabeza, cara, cuello, abdomen, pecho, espalda y costados– conforme a criterios de potencia y velocidad, así como la total concentración, observación y conciencia de la potencialidad del oponente para contraatacar –zanshin–. El kata, una competición de técnica, puede ser individual o por equipos, compuestos por tres personas, que deberán realizar tanto katas obligatorios –shitei– como de libre elección –tokui–, basados en diferentes estilos. El kata debe ser realizado de forma competente, y debe demostrarse una buena comprensión de los principios tradicionales que contiene. Los jueces valoran la comprensión de las técnicas utilizadas –bunkai–, el buen ritmo, velocidad, equilibrio y focalización de la potencia –kime–, la utilización apropiada y correcta de la respiración, la focalización adecuada de la atención y concentración –chakugan–, las posiciones correctas –dachi– con adecuada tensión en las piernas, y pies totalmente apoyados sobre el suelo, la tensión adecuada en el abdomen –hara–, la forma correcta del estilo utilizado –kihon–, y en el kata de equipo, además, la sincronización sin ayudas externas.