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ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

Otra matanza en Estados Unidos

Fotografía
Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura3 min
Internacional19-02-2018

Estados Unidos se enfrenta, una vez más, a una masacre cometida por un individuo armado. El modus operandi es similar al ocurrido en otras ocasiones, un joven con un fusil semiautomático entra en su instituto y acribilla a todo el que encuentra a su paso. En esta ocasión, en una pequeña localidad de Florida, han sido 17 las víctimas mortales, 14 alumnos y tres profesores.

Llama la atención la preparación con la que fue ejecutada la matanza. Parece ser que no hubo un acceso repentino de ira, sino que el ataque fue planificado, ya que el asesino accionó la alarma de incendios, conocía el plan de evacuación y lanzó botes de humo para generar aún más caos mientras perpetraba el crimen.

El asesino, identificado como Nicolás Cruz, no se suicidó y la Policía logró detenerlo mientras huía intentado pasar desapercibido. Ahora, ante el juez dirá cuál era su motivación, pero le espera una condena sin paliativos. En Estados Unidos, afortunadamente, no se practica el buenismo, y allí el que la hace la paga, sin miramientos.

Como suele ocurrir en sucesos como estos, Cruz ya había dejado entrever sus intenciones públicamente y había sido expulsado en alguna ocasión de ese mismo instituto por su comportamiento. Sin embargo, una vez más ni las autoridades ni el FBI lograron actuar a tiempo para evitar la tragedia.

Esta matanza en Florida, sin duda, reabre el debate sobre la posesión de armas en Estados Unidos. En lo que va de 2018, que no llega a dos meses, ya han perdido la vida más de 1.800 personas por heridas de bala. Cada año, la cifra supera las 30.000, que es una barbaridad, aunque el país tenga más de 300 millones de habitantes.

En Estados Unidos, prácticamente, cualquier persona puede tener pistolas, revólveres, fusiles... siempre que sean semiautomáticos. Esta facilidad en el acceso está muy arraigada en la sociedad y su origen está relacionado con la creación del país. Sin embargo, los tiempos actuales no son los de hace más de 200 años.

Aun así, es tal la cultura de las armas, que en numerosos estados es frecuente ver a niños y jóvenes recibir bautismos de fuego y hacer prácticas de tiro con total naturalidad. Los defensores de su uso aseguran que se sienten más seguros con una pistola en la mano, a pesar de la elevada cantidad de muertes que ocurren. Además, la Asociación Nacional del Rifle (NRA) tiene un gran poder de influencia en las altas esferas políticas.

Por tanto, dado el arraigo tradicional en el uso de las armas y el lobby que ejerce la NRA es, prácticamente, imposible que se prohíba la tenencia de armas en Estados Unidos. Aun así, sería un buen paso ejercer controles efectivos sobre los historiales de quienes las compran y establecer exámenes psicotécnicos para crear un filtro. Sin embargo, estas medidas tampoco suponen una garantía total, ya que nadie está libre de sufrir un arrebato, y quien quiere cometer una matanza planificada va a lograr acceder a un arma, aunque sea en el mercado negro.