Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

CINE

Mathieu Amalric resucita a 'Barbara'

Por Laura MartínTiempo de lectura2 min
Espectáculos13-11-2017

Actriz, cantante y activista francesa, luchadora judía, víctima de la represión fascista y de los abusos de un padre machista. Esa fue Bárbara, más conocida como La Dama de Negro o El Águila Negra, famoso icono del pop francés que enamoró a la ciudad de las luces con su voz en los sesenta y que a día de hoy sigue siendo una figura muy importante en la historia cultural francesa.

El cineasta Mathieu Amalric, más conocido por su faceta de actor pero cada vez más experimentado director, ha sido el encargado de llevar la historia de la artista a la gran pantalla con Bárbara, su séptimo largometraje. Un biopic, que además de dirigir, coprotagoniza con Jeanne Balibar y que le ha valido el galardón a Mejor Dirección en el Festival de Cine Europeo de Sevilla. 

Amalric ha aprovechado el certamen para defender junto a otros cineastas el cine europeo y la producción independiente. "El cine es más fuerte que las ratas. Se adapta, siempre encuentra formas nuevas. Es mentira que haya muerto” declaró el director, que no es nada partidario de conceder entrevistas, pues piensa que una película debe venderse por sí misma, sin necesidad de palabras.

En la película, Amalric interpreta a un joven director, Yves Zand, obsesionado con la intérprete de L'aigle noire, Barbara, seductora e ídolo de masas. Director y actriz llegarán a trabajar en la cercanía, dando lugar a múltiples enredos que conforman la trama. Su personaje guarda cierta similitud con el de la otra película que protagoniza, la francesa Les fantômes d'Ismael de Arnauld Desplechin. A esta "casualidad" la ha considerado un "síntoma de la crisis del relato", que obliga al director a contar lo mismo de siempre, pero desde ángulos inesperados.

El filme triunfó en el Festival de Cannes y ha sido definido por los críticos como un "antibiopic", lo opuesto a un biopic. El director y actor francés dice "no soportar" dicho género cinematográfico, por considerarlo una "cárcel" para el actor, como "abrir una tumba" y "convertir al muerto en un objeto comercial" . Heredó el proyecto de su amigo Pierre Léon, que no consiguió financiación y le pasó el relevo al cineasta galo, que solo aceptó por considerarlo un reto imposible.

Los otros dos grandes ganadores la XIV edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla fueron el filme alemán Western de Valeska Grisebach por el Premio del Jurado y la portuguesa A Fábrica de Nada de Pedro Pinho, que se llevó el Giraldillo de Oro. Unos premios que  sirvieron para demostrar la pervivencia del cine europeo, que como Mathieu Amalric se encargó de apuntar, no ha muerto.