ANÁLISIS DE ESPAÑA

Y si gana el independentismo, qué

Por Alejandro Requeijo2 min

España06-11-2017

Pues si gana el independentismo de nuevo, cosa nada descartable, tendrá que gobernar. Pero lo aprendido en estos últimos días debería ser suficiente para hacerle saber que tendrá que gobernar dentro de los límites que marca la Ley. Y en caso de que no lo haga, entonces sí que la situación retornaría de nuevo a la casilla de salida. Porque el nacionalismo en Cataluña gobernó durante décadas, igual que lo sigue haciendo ahora en el País Vasco. Porque en España nadie va a la cárcel por sus ideas, sino por saltarse la Ley. Y la prueba está en que Tardá o Rufián aún siguen cobrando su sueldo de diputados nacionales sin que nadie les pida siquiera el DNI.

No hay que olvidar el precedente del lehendakari Ibarretxe: llegó hasta Madrid con su plan de ruptura, se votó en la sede de la soberanía nacional, perdió y se volvió a su casa en el coche oficial. No le pararon nada más que en los peajes. El resultado, por cierto, fue que los vascos desalojaron al PNV del poder en las siguientes elecciones. Influyó entonces que la vieja Batasuna (la nueva, ya se sabe, es Bildu) estaba ilegalizada y pidió a los suyos no participar. Todo un aviso para la CUP mientras deshoja la margarita del 21D. En el caso de los exconsejeros del Govern, se saltaron la Ley dentro de un plan sostenido en el tiempo desde el año 2015, según la Fiscalía y la Audiencia Nacional. Desde entonces hasta ahora el Estado les dio no pocas advertencias.

Resulta del todo punto ingenuo apelar a la épica independentista y después jugar al victimismo cuando toca pagar las consecuencias. Eso los que no se han refugiado en Bélgica y practican su solidaridad de pucheritos y lazo en la solapa desde los mejores restaurantes bruselenses. Que se sepa, la Constitución no se evaporará ni los jueces desaparecerán si gana el independentismo, que tendrá que gobernar, sí. Algo tan complejo y a la vez tan sencillo. Eso significa pensar en hospitales y no tanto en embajadas, por ejemplo. En construir colegios y no subvencionar medios de comunicación afines. En combatir la corrupción empezando por tu casa. Significa pensar en cómo administrar el dinero de todos los catalanes y también el de todos los españoles. Todo esto si ganan, claro, que está por ver.