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ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

Cambio de discurso

Fotografía
Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional10-04-2017

Donald Trump ha demostrado, como dice el refrán, que una cosa es predicar y otra dar trigo. Cuando era candidato a la Casa Blanca criticaba que el entonces presidente Barack Obama se planteara intervenir militarmente en Siria. Incluso, advertía de que cualquier agresión sobre territorio sirio generaría graves consecuencias.

Sin embargo, no hace ni tres meses que Trump llegó a la Casa Blanca y ya ha hecho todo lo contrario a lo que decía. Y de qué manera: el nuevo presidente estadounidense dio la orden de atacar una base aérea siria. Lo hizo en represalia por el bombardeo con armas químicas que hizo el Ejército de Siria y que provocó la muerte a decenas de personas.

El ataque estadounidense se produjo desde la flota en el Mediterráneo y mediante misiles Tomahawk, con un grado de precisión muy alto, de aproximadamente diez metros. Además, para evitar males mayores, parece ser que avisó previamente a Rusia para que evacuara a su personal en caso de que estuviera presente en la base objetivo.

Este hecho demuestra la complejidad del conflicto en Siria, en donde hay numerosos actores implicados, tanto internos como externos. Estados Unidos y la Unión Europea abogan por el derrocamiento del presidente sirio, Bashar al Asad, mientras que Rusia e Irán son partidarios de mantener al régimen. Todo ello, mientras el denominado Estado Islámico trata de sacar partido del caos y busca controlar el terreno.

Evidentemente, Estados Unidos y Rusia tienen como enemigo común a los terroristas del Estado Islámico, pero discrepan sobre qué hacer con Al Asad. Aun así, ambos, hace meses, ya llegaron a acuerdos para celebrar elecciones en Siria y establecer una transición. Sin embargo, hay tantos intereses y tantos bandos enfrentados que es, prácticamente, imposible respetar lo acordado.

No es la primera vez que en la guerra de Siria se cometen crímenes y barbaridades, pero hasta ahora Estados Unidos había tenido un papel secundario. El ataque con armas químicas de la semana pasada hizo reaccionar a Trump. Como era de esperar, la acción de Estados Unidos ha generado indignación en Rusia e Irán, que han amenazado con represalias contra los intereses estadounidenses.

Queda ahora por dilucidar si Trump se va a implicar activamente en la guerra de Siria o si el ataque contra la base en suelo sirio fue solo el fruto de un calentón emocional al ver las imágenes de niños gaseados. Además, también hay que observar qué postura real adopta Rusia ante el uso de armamento químico por parte del régimen al que defiende. Entra en el guion que Vladímir Putin endurezca su discurso hacia la Casa Blanca. Sin embargo, sería mucho más productivo que, en vez de buscar un enfrentamiento con Estados Unidos, el Kremlin amonestara a Bashar al Asad por utilizar armas de destrucción masiva.