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Estados Unidos

Se suman más jueces contra la medida anti-inmigración de Trump

Por Paloma SztrancmanTiempo de lectura2 min
Internacional30-01-2017

El sábado 28 de enero, el presidente americano Donald Trump firmó una orden ejecutiva en la que se vetaba la entrada a los ciudadanos de hasta siete países musulmanes a Estados Unidos. La decisión ha causado revuelo en el propio país y en la comunidad internacional. Los aeropuertos de Nueva York, Chicago, Dallas, Denver, Los Angeles o San Francisco han sido lugares de manifestaciones para que los ciudadanos mostrasen su desacuerdo ante esta medida.

Desde que el presidente firmara la orden, se han retenido a 109 personas en los aeropuertos estadounidenses mientras que otras 200 personas no han podido ni siquiera coger vuelos con destino a Estados Unidos. En dicho decreto, se prohibía la entrada de refugiados al país durante 120 días y el hecho de no conceder visados a países cuya población sea mayoritariamente musulmana con el pretexto de establecer nuevas normas de seguridad. Los países afectados por la medida son Libia, Somalia, Sudán, Siria, Irán, Irak y Yemen. 

Sin embargo, la  Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU en siglas anglosajonas) presentó quejas ante la justicia neoyorkina el fin de semana. Posteriormente, Ann Donnelly, una juez del distrito de Brooklyn, Nueva York, emitió un bloqueo de la orden presidencial. Después de que Donnelly le haya plantado cara a un decreto de Trump, se han sumado al bloqueo magistrados de Massachusetts, Virginia y el estado de Washington, alegando que la medida dictada por el presidente es "inconstitucional". 

A los estados nombrados, se han añadido los fiscales de California y Pensilvania, quienes aseguran que van a "trabajar juntos para garantizar que el Gobierno federal obedece la Constitución, respeta nuestra historia como nación de inmigrantes y no ataca ilegalmente a nadie por su país de origen o su religión". Asimismo, añadieron que "la libertad religiosa ha sido y siempre será el principio fundacional de nuestro país y ningún presidente puede cambiar esa verdad". 

A pesar de la oposición de la justicia, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS en inglés) ha afirmado que llevará a cabo los deseos del presidente. En un comunicado emitido, ha declarado que el decreto de Trump tan "solo afecta a una pequeña porción de los viajeros internacionales y es un primer paso hacia el restablecimiento del control sobre las fronteras de Estados Unidos y la seguridad nacional".

Después de toda la polémica causada, el propio presidente se ha pronunciado. "Para ser claro, esto no es una prohibición contra los musulmanes como los medios han informado de manera falsa. Esto no es sobre la religión. Esto es sobre el terrorismo y para mantener seguro nuestro país, mi política es similar a lo que el presidente Obama hizo en 2011 cuando prohibió los visados para refugiados de Irak durante seis meses" dijo el mandatario dejando clara su postura y atacando otra vez a los medios de comunicación. 

Fuera de Estados Unidos, algunos de los dirigentes más críticos con el tratado de Trump han sido la canciller alemana, Angela Merkel, quien ha alegado que la lucha contra el terrorismo no justifica que se discrimine a un grupo de personas por su lugar de origen o creencias religiosas; o el alcalde de Londres, Sadiq Khan, el primer musulmán que llega a dicho puesto en la capital inglesa, que califica de "vergonzosa y cruel" la medida, añadiendo que daña los valores de libertad, tolerancia y respeto americanos.