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ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

Otro gallo en el corral

Fotografía
Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional24-10-2016

Lo afirma la sabiduría popular: Tener dos gallos en un mismo corral genera tensión entre ambos, y esta en más de una ocasión desemboca en enfrentamientos que pueden acabar muy mal.

En el gallinero internacional, hay un gallo que, después de 25 años de travesía por el desierto, ha regresado para quedarse y para intentar disputar a Estados Unidos la supremacía: Es Rusia.

El principal artífice del resurgir de Rusia es su presidente, Vladímir Putin, quien en los 17 años que lleva en el poder está usando el nacionalismo y los medios a su alcance (incluso saltándose la ley) para conseguir sus objetivos. Ciertamente, tiene mérito lo que está haciendo, ya que después del colapso soviético su país está volviendo a ser tenido en cuenta y temido en el panorama internacional, aunque solo sea por su fortaleza militar.

Por si acaso quedaba alguna duda de ello, Rusia está haciendo simbólicas demostraciones mediante incursiones de cazas en los países bálticos, con sus superbombarderos Tu-160 sobrevolando desde Noruega hasta España pasando por Reino Unido y Francia...

Estas acciones militares rusas podrían considerarse más como un postureo que como una provocación expresa. Sin embargo, la verdadera estrategia de poder de Rusia viene fraguándose desde hace años. Arrebató la península de Crimea a Ucrania cuando este país se acercaba políticamente a la Unión Europea. Además, está incitando a los prorrusos del este ucraniano para que mantengan la tensión en la zona y sus ansias independentistas.

Rusia también va un paso por delante en el conflicto en Siria. Moscú decidió intervenir militarmente mientras otros países dudaban y tenían reticencias. Por si no fuera suficiente, Putin apoya totalmente al presidente sirio, Bashar al Assad, algo que está levantando ampollas en Estados Unidos y en la Unión Europea, que consideran a Al Assad como el responsable de muchas de las matanzas registradas en el país.

Se han acabado, por tanto, los tiempos en los que Estados Unidos podía actuar a su antojo por ser potencia hegemónica gracias al desmoronamiento de la Unión Soviética, en 1991. Ahora, la Casa Blanca va a tener una preocupación más ante las actuaciones de Rusia, que, como es lógico, busca su propio beneficio.

Aun así, tanto Estados Unidos como Rusia son tan potentes y tienen tantos intereses que están condenados a relacionarse y a buscar puntos en común, a pesar de sus numerosas discrepancias. Eso sí, como dos gallos que son y que están en un mismo corral, va a haber tensión entre ambos. Ojalá que no haya enfrentamientos, por el bien de todos.