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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

Feliz año

Fotografía
Por Almudena HernándezTiempo de lectura3 min
Sociedad10-02-2016

Ya saben. Vivimos en el mismo planeta, aunque a veces no lo parezca. Respiramos la misma atmósfera que los miles de refugiados retenidos muriéndose de frío a las puertas de Europa, lejos de los carteles del Welcome. Usamos el mismo oxígeno que los ciudadanos americanos afectados por el virus zika; que los damnificados por el terremoto de Taiwán; que los candidatos a negociar para formar gobierno en España; que los glamurosos trabajadores del cine patrio y que los pobrecitos titiriteros carnavaleros que defienden la libertad de expresión con pancartas a favor del terrorismo y mensajes infantiles contra la religión, la autoridad y la justicia. Aún recuerdo con pánico cuando Eta ponía bombas en las calles donde yo solía aparcar a diario y mandaba explosivos a colegas de mi redacción... Mataron a gente con ellas.

Ya saben. Algún genio dejó la frase para la historia. Aunque posiblemente su autor, por error o por rencor, acabe en la condena de los sin placa callejera por franquista, al margen de que conociese o no al dictador y comulgase con sus ideas. Lo suyo no sería libertad de expresión. Ya saben, la ignorancia (que muchos tenemos en buena dosis) es muy atrevida: "El nacionalismo se cura viajando".

Madrid da la bienvenida al año 4.714, en homenaje a la suerte que nos va a traer el mono de fuego rojo
Y, en los tiempos que corren, ni eso, pues resulta que la globalización tiene anécdotas peculiares. Desde hace días la fachada de un gran edificio comercial del centro de Madrid felicita en inglés la llegada del año nuevo chino. Será que como el gigante asiático tiene tanta población (uno de cada siete seres humanos es de esa nacionalidad) el márketing ha de apresurarse para dirigir las ventas a un mercado inmenso. La pela es la pela (Cataluña a lo suyo, por cierto). Y eso significa que un gran mono preside la fachada principal de un centro comercial, o que en las calles de Madrid decenas de carteles den la bienvenida al año 4.714, en homenaje a la suerte que nos va a traer el mono de fuego rojo a partir de ya.

Ya saben. Vivimos en el mismo planeta, aunque a veces no lo parezca. Respiramos la misma atmósfera que los miles de perseguidos por el Daesh en Siria e Irak y que los eurodiputados que acaban de calificar genocidas a esos terroristas (¿Alguien moverá un dedo?); que quienes vencieron y aún luchan contra el ébola en África; que las víctimas de malos tratos contra la mujer por el hecho de serlo en el sentido más amplio (también las niñas que sufren la barbaridad de la mutilación genital); que los que mueren en un accidente de tráfico o de cáncer; que los investigadores que trabajan por mejorar la vida de las personas con síndrome de Down mientras otros quieren abortarlos; que los que se disfrazan de carnaval pese a lo dura que es a veces la vida y que los miles de profesores que se dejan la piel para que mañana haya gente de bien en este mundo, pese al seísmo que causan los escándalos de acoso en los colegios. 

Deberíamos saberlo. No todo va a ser gente haciendo el mono, con todo el respeto a los chinos. Feliz año. Que la suerte que viene con este animal de fuego rojo nos acompañe.