Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ARTE

El Museo del Prado empieza unas polémicas reformas para ampliar sus infraestructuras

Por Celia Maza de PabloTiempo de lectura2 min
Cultura18-09-2002

La semana pasada, el presidente del Gobierno, José María Aznar, se reunió con la cumbre de arquitectos estrella para debatir los cinco proyectos que formarán el nuevo Salón del Prado madrileño.

Con una colección de obras maestras de la era clásica griega, el museo quiere ampliar su pinacoteca para que lo ayude a conquistar el siglo XXI. El recientemente nombrado director, Miguel Zugaza, es consciente que el museo se encuentra en un momento decisivo. "El museo necesita mejorar su imagen, tanto dentro como fuera de España". El edificio neoclásico tendrá una moderna ampliación de forma cúbica a principios del 2004 que duplicará su tamaño. El anexo, diseñado por el arquitecto español, Rafael Moneo, añadirá tres hectáreas de muy necesitado espacio para el museo, incluyendo dos galerías, talleres de restauración, un centro de archivo, una tienda y un café. Zugaza está muy interesado en incluir colaboraciones regulares con otras galerías internacionales. Las obras han atraído a los críticos, a pesar del respaldo de su consejo de fideicomisos, encabezado por el ex ministro de Defensa y banquero Eduardo Serra. La ampliación de 42 millones de euros, ha causado problemas debido a la demolición de una serie de claustros del siglo XVIII. Sin embargo, Zugaza confía en el respaldo de la opinión pública, ya que según las encuestas realizadas a los visitantes, el museo no ofrece guías de audio y sólo expone menos de una décima parte de sus 15.000 obras de arte. Zugaza quiere continuar con los planes para asegurar la autonomía del Museo y así tener la libertad de atraer fondos privados. El Prado insiste en ser una entidad pública autónoma, completamente a cargo de sus finanzas y capaz de contratar personal. Actualmente, bajo el control directo del Ministerio de Cultura, El Prado tiene cerca de 50 puestos vacantes por un congelamiento de contrataciones. Para conseguir su propósito, Zugaza pretende buscar contribuciones, alquilar espacios de galerías para fiestas de gala y explotar la venta de mercadería, como lo hacen el Louvre de París o el Metropolitano de Nueva York.