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ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

Es mejor un mal acuerdo que un buen juicio

Fotografía
Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional20-07-2015

Los refranes en español suelen estar cargados de sabiduría popular. Uno de ellos dice que "es mejor un mal acuerdo que un buen juicio". En el caso del programa nuclear iraní, el hecho de que Irán, por un lado, y Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania, por otro, hayan logrado un pacto ya es una buena noticia.

Es más, en este caso, no debería considerarse como un mal acuerdo, porque todas las partes consiguen, a priori, sus objetivos. El régimen iraní se compromete a no desarrollar armas atómicas, y, a cambio, se le levantan paulatinamente las sanciones internacionales impuestas.

Ambos hechos tienen especial relevancia en una zona tan convulsa como Oriente Medio, y en donde Irán está llamado a ir ganando relevancia diplomática, económica y geoestratégica. A pesar de los históricos encontronazos en las últimas décadas entre Washington y Teherán, a ambos les facilita establecer canales de colaboración, que podrían llegar, incluso, hasta asuntos de tanta importancia como la lucha contra el Estado Islámico.

Este acuerdo genera esperanza y buenos propósitos, y esto es positivo. De haberse roto las negociaciones, la situación se habría enquistado, la tensión crecería y nadie podría comprobar sobre el terreno que Irán decía la verdad cuando afirmaba que su plan atómico tenía fines pacíficos.

La cooperación iraní también va a servir para evitar un nuevo caso como el de Corea del Norte, que ha logrado fabricar armamento nuclear, al no prosperar el diálogo y a pesar de las sanciones que la comunidad internacional ha adoptado. El peligro es ahora mayor y es más difícil afrontarlo.

Hay voces, como la de Benjamin Netanyahu, que califica de error histórico el acuerdo con Irán. El primer ministro de Israel cree que se permite a Teherán seguir con su desarrollo atómico y que hay riesgo de que cree armamento nuclear de forma secreta.

Evidentemente, cabe la posibilidad de que esto suceda, pero para alcanzar cualquier pacto debe primar la confianza entre las partes. Eso sí, a partir de ahora es necesario que se cumpla íntegramente lo acordado, se establezcan mecanismos de verificación tan exhaustivos como efectivos, y se especifiquen los pasos que hay que dar en el caso de que Irán no cumpla con lo pactado.