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SIN CONCESIONES

"La culpa es de Rajoy"

Fotografía
Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura3 min
Opinión25-05-2015

El Partido Popular de Mariano Rajoy ha sufrido un batacazo en las elecciones del 24-M. Un fracaso. Un hundimiento. Cada cual que lo llame como quiera. Pero la realidad es que el PP de Rajoy pierde casi todo el poder territorial que consiguió en 2011. Pierde Madrid, Valencia, Sevilla, Cádiz, Córdoba, Málaga, Huelva, Valladolid, Oviedo, Alicante, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares, Aragón y Cantabria. Una hecatombe. Gobernaba 10 comunidades y ahora apenas se queda con 4. Tenía mayoría absoluta en 8 autonomías y ahora no consigue ninguna. El PP retrocede en toda España: donde saltó la corrupción y donde expulsó a los corruptos, donde trabajó con rigor y donde fue populista, donde sacó la tijera y donde demostró sensibilidad social. La marca PP se hunde en todas partes casi por igual, así que hay que buscar responsables arriba del todo. No lo digo yo, me lo dicen sus dirigentes.

Los barones y alcaldes del PP creen que la culpa es de Rajoy
El PSOE puede parecer el perdedor en la noche electoral al mirar un mapa azul, salpicado de manchas moradas por el auge de Podemos. Puede parecer especialmente tenebrosa por la caída en picado de sus candidatos locales en Madrid, Barcelona y Valencia. Pero la realidad de las elecciones municipales y autonómicas aparece a medida que transcurren las semanas y cuajan los pactos de investidura. El PSOE ahora sólo gobernaba en Andalucía y Asturias. Dentro de un mes es probable que alcance el poder en Extremadura, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Baleares y Aragón. Pasaría de 2 gobiernos autonómicos a 7. Todo un éxito mirado con perspectiva, especialmente frente a las 4 del PP. Por lo tanto, Pedro Sánchez sobrevive y se consolida.

Podemos compareció la noche electoral con amplias sonrisas por el auge de su marca. No es para menos al ser la llave para que el PSOE gobierne en Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Asturias o Aragón. Pero el verdadero éxito de Podemos se manifiesta allí donde Podemos concurría disfrazada. Sus marcas blancas en las ciudades de Madrid, Barcelona, Zaragoza, Cádiz o La Coruña obtienen el gobierno municipal. Así que el partido de la coleta debe hacer una triple reflexión: ¿por qué triunfa en las ciudades y apenas tiene respaldo en zonas rurales? ¿por qué tiene peor resultado con su propia marca que camuflado con el resto de la izquierda? ¿en las generales le conviene presentarse en solitario o junto a la IU de Alberto Garzón?

El 24-M sin duda ha puesto patas arriba el país. Pero lo más sorprendente es que puede poner patas arriba el Partido Popular. Mariano Rajoy, el hombre impasible del conservadurismo y la paciencia infinita, puede verse forzado a hacer cambios en el partido e incluso en el Gobierno. Quizás no de personas pero sí de estrategia. Al menos eso es lo que piden en su propia formación desde hace más de un año. Pero él no hacía caso y miraba para otro lado. Ahora puede que no tenga otra salida. Ahora no va a ser una sugerencia, sino una exigencia. Quizás ahora Rajoy deje de comportarse como Rajoy. Sus barones y alcaldes han sufrido la mayor pérdida de poder en la historia del PP pero creen que la culpa es del presidente. Parecía imposible que hubiera una rebelión interna contra el líder pero los astros se han alineado y han pintado un panorama propicio para la revolución. Rajoy es poco de cambios pero es lo único que le queda para evitar otro desastre dentro de seis meses. Si no ve la realidad que sí perciben sus compañeros, la siguiente derrota puede ser la suya. Si insiste en leer como un triunfo lo que es un desastre, seguirá de victoria (europeas) en victoria (municipales) hasta la derrota final en las generales.