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Refugiados

El número de desplazados bate récord por tercer año consecutivo

Por Desiree PanaderoTiempo de lectura3 min
Sociedad06-05-2015

La guerra empuja fuera de sus hogares a 30.000 personas cada día. 11 millones de personas han dejado sus casas en 2014 motivadas por la violencia, lo que supone un incremento de 4,7 millones de individuos respecto al año 2013. El 60% de los nuevos desplazamientos han tenido lugar en Sudán, Siria, República Democrática del Congo, Nigeria e Irak. Irak es el país con más refugiados nuevos durante el pasado año (2,2 millones). Más de un 40% de la población siria vive desplazada, es decir, 7,6 millones de personas.

Europa ha sufrido un desplazamiento forzado, algo que no sucedía desde hace más de diez años. La guerra civil de Ucrania ha provocado que más de 645.000 personas hayan tenido que huir de sus localidades. Los desplazados internos son aquellos que permanecen en sus países, a diferencia de los refugiados, que son los que traspasan las fronteras. Cerca de 16,7 millones de personas habían tenido que abandonar sus países a finales de 2013. Más de 7 millones de personas han tenido que desplazarse, sin necesidad de traspasar fronteras, por motivos de violencia en América, lo que supone un incremento interanual del 12%. El 12% de la población en Colombia vive desplazada; esto supone una cifra de más de seis millones de habitantes. El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Perú también poseen desplazados internos.

El informe ha sido elaborado por el Consejo Noruego para Refugiados (CNR) y ha sido publicado este miércoles por el Centro de Vigilancia de Desplazados Internos (IDMC, por sus siglas en inglés). Es el tercer año que se alcanzan cifras récord de desplazamientos internos. El número de personas desplazadas es equivalente al de ciudades como Londres, Nueva York o Pekín. Jan Egeland, secretario general del CNR: “Son las peores cifras de desplazamientos forzados en una generación, lo que pone en evidencia nuestro fracaso absoluto para proteger a civiles inocentes”. Egeland concluye que este informe debería servir como una tremenda señal de alarma e informa de  que no se había visto una situación como la actual desde mediados de los años noventa, periodo al que ha denominado la época de los genocidios.

Alfredo Zamudio, director del IDMC recrimina que las nuevas crisis han sumado a miles de personas a la masa global de población que ya se encontraba desplazada y ha advertido que estas personas  se arriesgan a entrar en un círculo vicioso del que se hace cada vez más difícil escapar, según informa Telecinco. ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados,  ha advertido del deterioro de la situación humanitaria en Ucrania, donde la violencia repercute directamente sobre las poblaciones orientales, disidentes con el Gobierno de Kiev. Los desplazados internos en Ucrania se cifran en 1,1 millones de personas, según informa el diario ABC.  Uno de los colectivos que tuvo que abandonar su lugar de origen con más celeridad, tras el inicio del conflicto ucraniano, fue el de los judíos.

En una situación de emergencia lo primero que se hace es evacuar y garantizar la supervivencia del mayor número posible de personas. Entonces, se monta un campo de refugiados con el objetivo de salvar el máximo número de vidas y atender las necesidades urgentes de las personas que llegan al campo de refugiados. Una vez que el campo de refugiados está constituido, se calcula que la permanencia media en un campo de refugiados es de unos 15 años. Por este motivo es fundamental facilitar a todas las personas los servicios básicos, artículos de primera necesidad, escuelas para los niños, centros de salud, actividades de generación de ingresos para que puedan trabajar y tener sus pequeñas economías, etc. Finalmente, la última fase es cuando el conflicto se acaba y se dan las condiciones de seguridad para que estas personas puedan volver a su país de origen. En la mayoría de los casos regresan a un país devastado, sin las infraestructuras básicas, casi sin gobierno y hay que ayudarles a asentarse en sus comunidades de origen. A veces, cuando el conflicto se alarga mucho en el tiempo, la solución no pasa por el retorno al país de origen sino por la reintegración local en el país donde se ha montado el campo de refugiados o en un tercer país, explica Belén Camba, directora de Proyectos y Relaciones Institucionales del Comité Español de ACNUR, la oficina de la ONU para los refugiados.