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EL REDCUADRO

Andaluz del Peñón

Fotografía
Por Antonio BurgosTiempo de lectura3 min
Opinión15-02-2015

García Margallo, ese ministro verborreico que tanto habla sobre Cataluña siendo el menos indicado, pues es el titular de Asuntos Exteriores, y no hay asunto menos exterior que la unidad de la Patria y las provincias catalanas, ha anunciado que la única bandera de España que ondeaba en el Peñón, la de la sede del Instituto Cervantes, va a ser arriada, porque le pegan el cerrojazo al chiringuito. A mí me parece de perlas. Pero no de perlas Majórica, sino de perlas australianas buenas de la joyería Shaw, porque si hay algún sitio donde la lengua española y el habla andaluza no corran el menor peligro es precisamente en Gibraltar. En Cataluña es donde hay que poner muchos Institutos Cervantes, joé, en Cataluña, para defender en aquella parte irrenunciable de nuestra Patria la lengua y la cultura comunes, frente a los intentos de los separatistas, a los que, encima, Rajoy va y se harta de darles dinero desde Madrid para que se dediquen a abrir embajaditas de la Señorita Pepis Pujol por medio mundo.

Muy bien cerrado, pues, el Intituto Cervantes en Gibraltar. Donde no hace falta ninguna. En Gibraltar hablan español, un andaluz precioso y sonoro, hasta los monos sinvergonzones que les roban el bolso a los turistas y salen tajelando Peñón arriba. Siempre he sostenido que donde se habla un andaluz más libre de presiones de purismos y de complejos de inferioridad es en Gibraltar. En esa parte de Andalucía a la que llamamos Gibraltar. ¿Saben por qué? Porque el hablante gibraltareño no tiene el menor complejo de que su habla andaluza sea tomada por más inculta que la de la norma de Madrissss o de Valladolidddd. El hablante del andaluz de Gibraltar se come todas las eses que haga falta jamarse, faltaría más. ¿Y saben por qué? Porque el llanito, estadísticamente bilingüe, pone las eses cuando habla en inglés, no cuando lo hace en español. Pone las eses de Londres en inglés, no las eses de Valladolid en español. De ahí ese andaluz sonoro y libre, tan nuestro. ¿Que está plagado de anglicismos locales, de ese lenguaje llanito que mi querido Juan José Téllez conoce mejor que nadie? ¿Y qué? Más palabras inglesas y sobre todo americanas tiene habitualmente en su habla cualquier chaval de Sevilla o de Cádiz, y no te digo si se trata de las nuevas tecnologías.

Me di cuanta de esto cuando abrieron la verja que Franco había cerrado. Como media Andalucía, la jefa de mi Casa Civil y servidor nos apresuramos a conocer el hasta entonces vedado Peñón. Reservamos cuarto en el Rock Hotel y nos plantamos allí con el coche. Pasamos la frontera y nos encaminamos hacia el hotel. Nos perdimos. Y vimos entonces a un policía auténticamente británico, un "bobby" vestido igualito que los de Londres, con su gorro negro y su gualquitalqui colgado al hombro, al que muy despacito y chapurreando inglés preguntamos:

- Please, ¿the way to the Rock Hotel?

Y aquel pedazo de policía de Londres, con todo su golpe de uniforme negro de "bobby", escuchando nuestro inglés tela chungo y viendo la matrícula de Sevilla, rompió a hablar en el más sonoro andaluz que escuchar pude, cuando nos dijo:

- ¿Paloté Ró? ¡Pó palotel Ró van ustedes por aquí mú malamente! Tienen que dá la güerta por la Calle Reá y tirá tó p´arriba.

¿Qué falta hace un Instituto Cervantes donde los guardias hablan este andaluz tan hermoso? Donde hacen falta muchos Institutos Cervantes es donde los separatistas le han puesto a Gerona el mote de Girona. En Gibraltar, en todo caso, los únicos que hacen falta, y en las escuelas, son maestros como aquel de su Puerto de Santa María que contaba don Pedro Muñoz eca que les decìa a sus alumnos:

- ¡Niños, aprended esto bien! Sordao, esparda y mardita sea tu arma se escriben en ele...

Porque ya saben: escriben, medio en inglés, Roca, pero se pronuncia Peñón. La parte de nuestra región donde se habla un más sonoro andaluz, sin complejos de inferioridad por la presión de la norma de Castilla de ninguna clase.