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IMPRESIONES

Esta semana no me leas

Fotografía
Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión20-01-2015

Si has llegado hasta esta frase significa que, a pesar de mis ruegos, has venido a verme, quieres que te cuente algo y, por lo tanto, por educación y cordialidad, tengo la obligación de escribir. Porque el problema del periodista no es “tener que decir algo todos los días” –eso lo hacemos todos sin mayor dificultad–; el problema del periodista es “tener todos los días algo que decir”. Eso, aunque algunos se lo tengan muy creído, no resulta nada fácil.

Siempre me ha llamado la atención que el nombre de nuestra profesión, “periodismo”, no encierra en sí mismo ningún contenido, ni finalidad alguna. El nombre de nuestra profesión remite, sencillamente, a una temporalidad cíclica. Es “periodismo” lo que es “periódico”, lo que ocurre con una frecuencia cíclica determinada. Como los números decimales “periódicos”, que se repiten hasta el infinito: “7,9999999…”

Somos también conocidos por otro nombre: “la prensa”. Este nombre tampoco da cuenta del objeto o finalidad de nuestra profesión. “La prensa” es tan solo la primera tecnología con la que cobró forma nuestra profesión. Pero el nombre ha sobrevivido a esa tecnología, dando lugar a expresiones verdaderamente curiosas, como “prensa escrita” ¿?, que se presta a expresiones como “prensa digital”, mucho más extendida, aunque igual de absurda que “prensa audiovisual” o “prensa radiofónica”. Dedica un minuto a tratar de imaginar tales tecnologías.

Seguramente los detractores del periodismo o de la prensa encuentran en estas paradojas razones para vaciar de fundamento o de sentido nuestra profesión. Me temo que yo mismo, al empezar este artículo, al pedirte que no me leas, he estado tentado de menospreciar nuestra profesión. Sin embargo, ambas expresiones, sin duda algo románticas, encierran cierto valor. Aun si nos olvidamos por un momento de los contenidos y de la finalidad del periodismo –vitales en el contexto de una sana democracia– lo “periódico” y “la presa” son realidades importantes.

“La prensa” es un símbolo vinculado a la ilustración; a ese viejo ideal de que la luz de la verdad llegue al mayor número posible de personas; al proyecto de un mundo alfabetizado, cuando alfabeto era sinónimo de cultura. Ahora hemos descubierto que conocer el alfabeto no basta, pero eso no amengua el ideal, sino que el mismo ideal nos exige nuevos retos. Lo “periódico” tiene que ver con la repetición, con el ritual, con el hábito y todas estas cosas tienen que ver con la insistencia, con la continuidad, con la fidelidad.

Porque sé que me lees, vivo la semana –y LaSemana.es– buscando algo que decir. Y así todas las semanas durante 17 años -18 va a cumplir este periódico en unos días-. Y así he aprendido a escuchar, a leer, a pensar, a escribir, a pedir perdón, a defender ideas y a compartir -sin pretensiones, pero sin falsas huídas y sin escondites- mis impresiones. Porque vivo la semana buscando algo que decir, mi vida resulta más significativa para mí. Gracias a ti.