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La ONU, Rusia y la UE se oponen al plan de Bush para echar a Arafat

Por Pablo FernándezTiempo de lectura1 min
Internacional17-07-2002

Estados Unidos camina en solitario en la crisis de Oriente Próximo. La propuesta de Bush de aislar a Arafat y sacarle del Gobierno palestino no ha sido secundada por la Comunidad Internacional. Rusia, la Unión Europea y Naciones Unidas se oponen a la sustitución del presidente de la ANP, Yasir Arafat, como condición para el avance de la paz.

El "cuarteto", el grupo diplomático que reúne a Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y Naciones Unidas para tratar de aunar esfuerzos en la creación de un plan de paz para Oriente Próximo, no se pone de acuerdo. Sus integrantes se encontraron el pasado martes en Nueva York para debatir la propuesta de George W. Bush para fijar la partición de Israel en dos Estados dentro de tres años. El plan de Washington pretende llegar a la fundación de un futuro Estado palestino como culminación de un proceso de reformas sociales y políticas en la zona. El primer escollo que se propone salvar es el del líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat. Bush exige su marcha como condición indispensable para iniciar el cambio. Para Washington, Arafat es un símbolo que arrastra demasiados años de sangrienta historia a sus espaldas. Sin embargo, los socios de Bush en el "cuarteto" no opinan lo mismo. Así lo manifestaron en Nueva York el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Igor Ivanov; el Alto Representante de Política Exterior de la Unión Eeuropea, Javier Solana; el jefe de la diplomacia danesa, Per Stig Möller, y el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan. Tanto europeos como rusos prefieren mantener a Arafat y negociar con él. Consideran que debe ser su propio pueblo el que decida su marcha y le relegue a un papel secundario. Ante este desencuentro diplomático sólo cabe negociar una vía intermedia. Estados Unidos baraja una posible propuesta alternativa más moderada en la que se le concedería al líder palestino un puesto simbólico en su Gobierno pero sin capacidad directa de influir en las decisiones importantes.