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IMPRESIONES

Liderar la comprensión

Fotografía
Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión30-10-2014

Mi buen amigo Pablo Velasco me pasó un artículo publicado en El Mundo subrayando este párrafo: “Creemos que el periodismo es crítica, cuando debería ser comprensión. La crítica constituye sólo un parte. Si no hacemos un esfuerzo por entender a las personas de las que hablamos (incluyendo a tipos como Miguel Blesa), no hacemos periodismo, sino caricatura”. Son palabras de Enric González, en homenaje al periodista del The New Yorker Joseph Mitchell. El pasado fin de semana tuve la oportunidad de encontrarme con tres generaciones de periodistas: alguno fue profesor mío; otros fueron compañeros de universidad y también me encontré con antiguos alumnos. Nos reunimos en torno al proyecto Corresponsales de Paz, formado por antiguos alumnos de periodismo y comunicación de la Universidad Francisco de Vitoria que consideramos que es posible un periodismo distinto y mejor del que tenemos. Mientras escuchaba a mis colegas reflexionar sobre la crisis del Periodismo, recordé el párrafo ya citado y comprendí que los periodistas debemos reflexionar sobre dos conceptos fundamentales hoy en nuestra profesión: la mediación y la comprensión. La crisis del ébola en España –la crisis política y social, más que médica– ha sido, sobre todo, una crisis de comunicación social. No hemos comprendido lo que pasaba, y los periodistas tampoco hemos sabido mediar entre quien sí sabía –quien realmente sí sabía- y quienes querían saber. Probablemente, los golpes que nos quedan por encajar en esa crisis sean, de nuevo, más comunicativos que políticos o médicos. Muchos medios darán voz a quien venda ejemplares o suba la audiencia aunque no tenga nada sensato que añadir; y ahogarán las pocas voces de los que tienen cosas sensatas y discretas que aportar. Los periodistas hemos afilado nuestro carácter crítico hasta el extremo; y en ese afán olvidamos que nuestro trabajo no consistía sólo en criticar, sino, sobre todo, en comprender. El ciudadano no espera de nosotros que seamos más ácidos que nadie, que dibujemos caricaturas que alienten la crispación, que ridiculicemos todos los estamentos o que inventemos falsos héroes/ídolos que añadan cierto contrapunto dramático. El ciudadano espera de nosotros que le brindemos una comprensión cabal de la realidad social que es relevante para él. Puede que algunos políticos se equivoquen; puede que otros políticos aprovechen esos errores para ridiculizar o aplastar a sus rivales. Puede que las redes sociales se llenen de rumores, estupideces, insensateces, pánicos colectivos, argumentos peregrinos y rumores imposibles. Pero los periodistas no pueden caer en eso. Han de liderar, moderar y mediar en una comunicación pública orientada a la comprensión de lo que nos importa; comprensión que es el primer paso para acertar en las decisiones que debemos tomar como ciudadanos llamados a construir entre todos un sano clima de convivencia.