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PARAGUAY

El Gobierno paraguayo exige la extradición del ex golpista Oviedo

Por Vicente García GandíaTiempo de lectura2 min
Internacional19-07-2002

Las revueltas populares que tuvieron lugar a lo largo de todo el país a comienzos de la semana pasada fueron el detonante del Estado de excepción decretado por el Gobierno paraguayo.

Las Fuerzas Armadas quedaron automáticamente autorizadas "a realizar operaciones y adoptar todas las medidas pertinentes para el cumplimiento del cometido que se les asigna, ajustando sus actos a las normas constitucionales", con estas palabras el decreto presidencial entraba en vigor. Un estado de excepción que había sido impuesto por última vez el 18 de mayo del 2000, fecha en la que un grupo de militares y civiles partidarios del general Oviedo se levantó contra el Ejecutivo. En este caso, las máximas autoridades del país consideraron que también el ex militar paraguayo estaba detrás de todos los actos organizados a pesar de que desde los círculos cercanos a Oviedo se aseguraba que él "jamás ha incitado a sus seguidores a protestar ni a intentar derrocar al presidente paraguayo", así al menos lo afirmaba su primo y secretario Dráulio Rasera. Sin embargo, el diario O Globo se hacía eco el pasado martes de unas imágenes en las que se puede observar al ex militar golpista animando a un importante grupo de campesinos traídos desde Paraguay hasta la frontera con Brasil, que es donde se encuentra Oviedo. En su discurso, Oviedo sostiene tesis como éstas: "Paraguay no tiene un Gobierno del pueblo y está sometido al Gobierno", "vamos a hacer una revolución social, política y diplomática" y "llevo 18 meses en Brasil y no ha sido tiempo perdido porque querer es poder". Efectivamente, el ex militar se encuentra en Brasil a la espera de cumplir una condena de 10 años de cárcel en Paraguay por su intento de golpe de Estado en 1996. A pesar de las peticiones de extradición por parte del Ejecutivo paraguayo, el Tribunal Supremo Federal de Brasil se ha negado siempre a llevar a cabo esta medida al considerar que se trata de una persecución política. Sin embargo, y a tenor de los últimos sucesos, desde Brasilia se asegura que aunque aún no se ha encontrado el instrumento legal que posibilite la extradición del golpista, si vuelve a hacer algún tipo de declaración que ponga en peligro la estabilidad de Paraguay, entonces sí será expulsado. Mientras que Oviedo se encontraba a la espera de saber si finalmente era expulsado de Brasil, en las calles la tensión seguía latente pero el presidente Macchi levantó el Estado de excepción a finales de la semana pasada y anunció el adelanto de un mes de las elecciones del próximo año.