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ANÁLISIS DE CULTURA

Villanos de cuento

Fotografía  (©foto: )

(©foto: )

Por Marta G. BrunoTiempo de lectura1 min
Cultura04-08-2014

El tiempo se para cuando al reloj se le acaba la pila al girar su mecanismo hasta el día 1 de agosto. Las sombrillas, las paellas, los tintos de verano. Fotos que inmortalizar para adornar alcobas y salones. Avenidas solitarias, ciudades que claman bullicio, desafíos a la seguridad vial al cruzarlas sin una excesiva precaución. Y los periódicos…se leen de manera distinta. Las corruptelas, el robo disfrazado de política y desvaríos económicos hace ya unos años que se han convertido en otra canción del verano. Ni una sola tregua para el español cansado de la vergüenza ajena. Pero son durante estos meses de ingenio de becario veraniego los mejores para pasar las hojas hasta llegar a esos suculentos suplementos. O a los sucedáneos de las novelas por entregas, que del papel amarillo al color han cambiado de estilo, de contenido. Pero siempre entretenidos, picarones, tradicionales. Enrique Pérez Escrich, Torcuato Tárrago, Ramón Ortega y Frías. Sátira del Siglo XIX viva aunque a coletazos. Capitán Alatriste, Alberto Vázquez-Figueroa. Los retomaron en el XX. Les llamaban “escritores al vapor”. Había que terminar la novela a base de rotativa. Aunque no mucho más distinto a las novelas fugaces de hoy en día. Ocurren las cosas y se plasman en papel en cuestión de días. Que acierten o no es cuestión de integridad moral, y ojalá de tiempo. Sagas que piden a gritos volver con más fuerza. Una oportunidad para los nuevos escritores. Menos “ofertones” de electrodomésticos que tirar. Y un potencial lector salpica su cuerpo con agua salada deseando leer más sobre héroes de bien, sean reales o de ficción, y no ambiciosos que se hacen de oro a base de mentir a su pueblo. Esas historias son demasiado reales. Los villanos, mejor para el cuento.