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FINAL EUROCUP

El Valencia Basket pudo sentenciar y acabó sufriendo

Por Rubén GallardoTiempo de lectura2 min
Deportes01-05-2014

Los taronja vencieron en el partido de ida de la Eurocup a los rusos del Unics Kazan por 13 puntos. Es un resultado muy bueno a no ser que se vea cómo fue el partido. Después de hacer tres cuartos que rozaron la perfección, el equipo español se dejó escapar los 33 puntos que llevaba de ventaja para dejarlos en 13 que pueden hacerles sufrir en la vuelta en suelo moscovita. El todopoderoso y multimillonario equipo ruso se jugará en su campo el título y la clasificación para la Euroliga del año que viene y al Valencia le tocará sufrir

El partido se presumía como un partido entre el dinero y las ganas. Los rusos con un equipo cargado de estrellas eran los claros favoritos en un partido en el que fueron bajados a la Tierra de su pedestal. Los primeros tres cuartos fueron una tortura para el Kazan, no sabía cómo frenar el ataque de un Valencia que ante todo se mostró tremendamente sólido en defensa. En ataque, la alternancia del juego interior con el exterior parecía seguir un compás perfecto. Así el compañero de bailes estaba totalmente descoordinado, no atinaba dos pasos seguidos y sus pies se enredaban, no era su día. La defensa agresiva de los españoles les daban la posibilidad de salir a la contra, la consecución de triples y un juego interno vertiginoso cambió rápidamente la euforia de una final en caras de frustración e impotencia. Así hasta que se llegó a la diferencia de 33 puntos, una diferencia espectacular e impensable a priori. El Valencia estaba poniendo tierra de por medio en la final y tenía el título prácticamente en su mano a no ser que se diera una serie de catástrofes que parecía imposible. Entonces empezó el último cuarto y vino la pájara. Podría ser el título de una película de miedo si no hubiera sido porque la ventaja era tan amplia que no se podría haber volteado ni jugando sin rival. Pero vino, sí, vino la odiosa señora pájara. Todo lo que había sido espectacular hasta el momento se había tornado en lo contrario. Fue el bajón del Valencia, el cansancio y la intensidad con la que habían jugado el partido empezó a pasar factura y el Kazan se encontró a sí mismo por primera vez en el partido –que ya era hora-. Las transiciones de los locales desfondaban aún más a su rival que había perdido todo el fuelle que le había llevado a dar la sorpresa frente al todopoderoso Unics. Todavía pueden estar contentos de que el partido no durase un cuarto más, o de que el partido se acabase ahí, por lo visto en la cancha parecía que si todo seguía igual no es que perdiera la ventaja el Valencia sino que el Kazan podría sentenciar la final. El resultado del parcial fue abrumador (6-23) y el Valencia deseaba con todas sus ganas que el partido terminase cuanto antes. Al final su deseo se cumplió, pero después de cómo se dio el partido, el resultado deja muy mal sabor de boca y es que el 80-67 final deja todo por decidir a excepción de una cosa, al Valencia le tocará sufrir.