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VIOLENCIA MACHISTA

25 mujeres han perdido la vida a manos de sus parejas en 2014

Fotografía
Por Andrea Muñoz MartínTiempo de lectura3 min
Sociedad06-04-2014

Las últimas cifras oficiales sobre las víctimas mortales por violencia de género en España señalan que 25 mujeres han perdido la vida en lo que va de año. Los dos últimos nombres de esta trágica lista se han sumado durante este fin de semana. En la última década, 700 mujeres han muerto asesinadas a manos de sus parejas o exparejas –desde la entrada en vigor de la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género en 2004-. Un dato que varía cada año sin una tendencia fija, que no entiende de patrones ni perfiles, pero que representa una de las lacras sociales más problemáticas en este país.

Valls y Jerez de la Frontera han sido los escenarios donde se han producido los dos últimos crímenes de violencia machista. Los Mossos d’Esquadra hallaron el viernes el cuerpo sin vida de una mujer junto al de su agresor, que se había suicidado después de asesinarla. Un suceso similar tuvo lugar en la madrugada del domingo, cuando la Policía Local, que fue alertada por el presunto homicida, constató el último asesinato por violencia de género en España, el de Raquel, cuyo homicidio fue llevado a cabo presuntamente por su pareja que, más tarde, trató también de quitarse la vida. Ambas mujeres representan la quinta víctima de violencia machista en sus comunidades autónomas en 2014 –Cataluña y Andalucía, respectivamente-. En ninguno de los dos casos se habían interpuesto denuncias previas por malos tratos. Los círculos de ambas han señalado que no tenían constancia de que ninguna de ellas vivieran bajo situación de maltrato. Y, sin embargo, ha ocurrido. La mayoría de los expertos señalan que resulta muy complicado –sino imposible- establecer un patrón que permita prever este tipo de situaciones. Los datos estadísticos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad sobre las víctimas mortales en España en los últimos 11 años así lo avalan. Algunas de ellas –en torno al 14%- sufrían algún tipo de discapacidad; otras eran inmigrantes que carecían de cualquier tipo de apoyo o sustento económico en España; sin embargo, otras muchas de las víctimas poseían estudios superiores y un desahogado nivel de vida. Algunas habían denunciado –aproximadamente, una de cada tres-, otras no; algunas habían contado con medidas de protección, otras no la habían solicitado y, en algunos casos, estas medidas habían sido cesadas. Todo esto enmarcado en un contexto donde, según los datos de la primera macroencuesta realizada en Europa sobre violencia de género, el 22% de las mujeres españolas admiten haber sufrido violencia de algún tipo –física, psicológica o sexual-. Ángela Cerrillos, presidenta de la asociación de Mujeres Juristas Themis, denuncia las complicaciones que, en ocasiones, surgen durante el proceso de denuncia: “Se deniegan infinidad de órdenes de alejamiento, se archivan decenas de denuncias por falta de pruebas... Y el efecto de desánimo que tiene esa falta de respuesta judicial es evidente. La idea de la vuelta a casa con la cabeza gacha es un elemento disuasorio importantísimo. Y eso es lo que muchas mujeres están viendo en su entorno”. Una realidad que se hace patente, de forma especial, en las víctimas de edad muy avanzada y en las inmigrantes –dos de los grupos de mayor riesgo-. Pero, más allá de las cifras, los expertos hacen especial hincapié en las consecuencias reales de las muertes de cada una de estas mujeres. En el último año y medio –desde que comenzó a contabilizarse este dato-, más de 50 niños menores de edad se han quedado huérfanos por esta causa. Actualmente, alrededor de 800.000 menores conviven con alguna forma de violencia machista en sus hogares. Una realidad que es doblemente preocupante si se tiene en cuenta la posibilidad de que este comportamiento, en algunas ocasiones, tiende a ser copiado y repetido.