TOROS

Matías Tejela, puerta grande en la penúltima semana de San Isidro

Por Almudena Hernández Pérez2 min

Espectáculos01-06-2002

Los tendidos de la plaza de toros de Las Ventas disfrutaron con la novillada que se celebró el pasado jueves 30 de mayo. Tres orejas, muchas ganas por parte de los tres actuantes, buenos detalles y el manejable juego del encierro remendado de Román Sorando fueron los alicientes de una tarde de las que hacen aficionados.

Matías Tejela sumó una oreja después de la lidia de cada uno de sus novillos -a los que mató de estocadas certeras después de una vistosa labor con los trastos- y abandonó la plaza en volandas. Iván García, que se presentaba en la Monumental madrileña, invitó a la afición a apostar con él, después de un torero de armar fiesta con las banderillas y estilo sabroso para los paladares más exigentes. Un aviso: tiene gracia este rubio torero, corte de buena escuela y ganas, muchas ganas. Quizás el tiempo y la suerte le pongan alto. Cortó un apéndice. Pocas orejas más ha habido durante la penúltima semana de feria. Fernando Robleño obtuvo un trofeo el miércoles y David Fandila El Fandi sumó otro en el último de la tarde del domingo. Fue El Fandi a Madrid con el aval de un indulto en la Feria de El Corpus de Granada. El astado, de Daniel Ruiz (Cortesano, de 595 kilos), fue perdonado en la tarde del viernes. Ese mismo día, los tendidos venteños se aburrían en la Corrida de la Prensa. Un surtido ganadero de rebajas no acompañó en la tarde en que se despidió Eloy Cavazos, pasó por Madrid Enrique Ponce -después de su triunfal actuación del viernes anterior, cuando consiguió tres orejas- y Miguel Abellán, que se llevó una paliza al ser cogido en su primero. Tampoco la esperadísima vuelta de José Tomás a Las Ventas respondió al ambiente triunfalista que le acompaña en Madrid. El torero de Galapagar dio la vuelta al ruedo después de su segundo, con el que dejó ver detalles de buen hacer. Otra vuelta al ruedo logró el rejoneador Andy Cartagena el sábado, en una tarde de toreo a caballo en el que no se repartió ningún trofeo, en contra de la costumbre establecida para este tipo de festejos del fin de semana.