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CINE

'1936: Memorias del Silencio' rememora la Guerra Civil

Fotografía El ojo cojo

El ojo cojo

Por Manuel SueiroTiempo de lectura4 min
Espectáculos29-04-2012

Cineteca Matadero y La Academia de Cine de Madrid han acogido las tres últimas proyecciones que dan por clausurada la II Edición de 1936: Memorias del silencio. Este ciclo, organizado por El Ojo Cojo, ha contado con coloquios y debates que han acompañado a las películas proyectadas, todo ello de forma libre y gratuita al público. La iniciativa apuesta por “abordar el arte de la Guerra Civil y la posguerra desde el cine para poder ponerlas de nuevo en el tapete”, según explicó la directora de El Ojo Cojo.

La Academia de Cine fue la encargada de proyectar el pasado viernes Las olas, de Alberto Morais, una sutil historia sobre el viaje de un octogenario a Argelès-sur-Mer, pequeño pueblo del sur de Francia donde se debe encontrar con su pasado, con un oscuro capítulo de su vida que le obligó a vivir recluido en un campo de concentración. Al evento acudió el propio director, quien habló ante el público junto con Julio Pérez Perucha, profesor en la Universidad Autónoma de Barcelona, y los historiadores de cine Román Gubern y José María Caparrós. Los expertos han indicado la importancia de este tipo de certámenes, en un intento de dejar claro que la historia se activa gracias a la memoria. “Es fundamental para el desarrollo de la sociedad conocer cómo se han configurado los fundamentos que la han consolidado, algo clave para poder avanzar”, indicó Pérez Perucha. “La película cumple con la importante labor de confrontarnos con nuestro pasado para poder identificarnos con él”, añadió Gubern. En palabras de José María Caparrós, la posguerra y la transición se caracterizaron por el “cine parcial” que silenciaba o demonizaba al bando contrario, poniendo en riesgo la objetividad de películas hacia un delicado tema como es la Guerra Civil. Por ello, el escritor aplaudió la labor de Morais en torno a su largometraje. Según el director, Las olas “no es una película sobre la memoria histórica”, explicó. “Trata sobre una persona incapaz de cicatrizar sus heridas aún pasados 60 años de aquellas penalidades, con un final abierto”, indicó Morais. Por su parte, Cineteca Matadero ha proyectado este sábado Celuloide Colectivo, de Óscar Martín, un documental sobre cine que pone en relieve las películas y reportajes registrados durante la Guerra Civil, el primer conflicto armado cubierto por grabaciones sonoras. Mediante la reproducción de aquellos materiales y la intervención de historiadores de cine, directores y diversos participantes de dicha experiencia, el documental reconstruye las vivencias de la industria colectivizada del cine. Fue a partir del levantamiento del ejército contra el gobierno de la República, en julio de 1936, cuando los anarquistas inician una revolución social en Barcelona caracterizada por la colectivización. Empezaron a gestionar el cine y el entretenimiento para ponerlos en manos de la población, llegando a realizar más de cien películas en dos años. De este modo, organizaciones como el PCE, la Generalitat y el propio gobierno de la República empezaron a impulsar la producción de películas que los ciudadanos podían visionar de forma gratuita o a precios muy reducidos. Entre la amplia producción de películas realizadas en dicho periodo, destacaron los documentales educativos y de propaganda, largometrajes de ficción, e incluso comedias y musicales. Todavía hoy siguen apareciendo gracias a las labores de búsqueda y restauración, aunque muchos se consideran perdidos debido a los trágicos incendios ocurridos durante la contienda. Asimismo, el documental refleja la hazaña que supuso el haber filmado todas esas producciones con un equipo que en su mayoría no contaba con formación técnica. Unas producciones amateur que hoy en día suponen un tesoro para la memoria cinematográfica de nuestro país. Entre las personas que dedicaron su vida a la producción de películas justo después del periodo bélico hasta muchos años después, destaca el veterano Juan Mariné, que interviene en el documental y que ha estado presente en el coloquio de la Cineteca. Aunque se retiró hace dos décadas de la dirección fotográfica, el veterano de 92 años sigue colaborando en la restauración de películas para la Filmoteca Española. Su discurso ha estado lleno de palabras de nostalgia recordando sus anécdotas durante su medio siglo en activo, en el que colaboró en múltiples películas como El astronauta, Historias de la televisión o La gran familia, entre una extensa filmografía. “Para mí hacer cine no solo ha sido un trabajo, una pasión, sino un ideal”, ha declarado Mariné en torno a un debate, en el que también ha estado presente el propio director Óscar Martín, Román Gubern, que interviene en la película, el director Pablo Nacarino y el historiador de cine Magí Crusells. Todos ellos han charlado con el público asistente sobre historia y cine, los dos pilares de este certamen cultural. El Ojo Cojo es una ONG multicultural de artistas, gestores culturales, comunicadores y estudiosos de múltiples ramas a los que se suma el apoyo de estudiantes en práctica y voluntarios. Tiene la finalidad de promover el diálogo intercultural en la sociedad, como demuestra con la organización de ciclos y conferencias como la presente edición de Memorias del Silencio. Aparte de las descritas, desde el pasado 18 de abril se han proyectado también en el Centro Cultural de Rivas Vaciamadrid y en la Filmoteca española otras películas como Tierra de España, Surcos o Almas sin fronteras.