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YEMEN

Yemen "arde" mientras Saleh se recupera de sus heridas en Arabia Saudí

Fotografía El presidente de Yemen, antes de sufrir el atentado terrorista

El presidente de Yemen, antes de sufrir el atentado terrorista

Por Silvia Álvarez-BuyllaTiempo de lectura3 min
Internacional05-06-2011

Yemen se divide en dos: partidarios de Saleh y detractores y los milicianos del jefe tribal Sadek Abdalá al Ahmar. Manifestaciones, ataques y protestas se suceden día a día y dejan numerosas víctimas. En los últimos días de combates en Saná alrededor más de 60 personas han perdido la vida. Cientos de personas han fallecido en estos sangrientos combates y miles huyen hacia otras ciudades. El presidente Saleh se encuentra en Arabia Saudí recuperándose de las heridas sufridas en el ataque al Palacio Presidencial. Los detractores creen que esto es "la caída del régimen", pero el Gobierno afirma que el presidente volverá "en unos días". No obstante, el Gobierno provisional decide firmar una tregua con los opositores y retirar las tropas de Saná.

Los últimos ataques en Saná son sólo una pequeña muestra de las revueltas que se están viviendo en todo el país. Desde finales enero se suceden los enfrentamientos y las manifestaciones para tratar de derrocar a un dictador que lleva 32 años en el poder y que aspira a quedarse de por vida. En marzo, fallecieron al menos 45 personas en la Universidad de Saná, motivo por el cual dos días después dimitieron la ministra yemení de Derechos Humanos, Hoda al Ban, y el viceministro, Ali Taisir. Además, alrededor de 60 personas murieron al explotar una fábrica de armas en Yaar, provincia de Abian y 50 fallecieron cuando las fuerzas del orden dispersaron una acampada organizada en Taiz. La violencia crece y los habitantes se están quedando sin agua, electricidad y productos básicos. Yemen ha seguido los pasos de Túnez, el primer país en levantarse contra su régimen. Los ciudadanos salieron a la calle el pasado mes de enero para derrocar al Ali Abdalá Saleh que lleva 32 años en el poder al frente del partido Congreso General Popular. En un país donde la mitad de la población vive en extrema pobreza, el presidente ha intentado impulsar reformas constitucionales para gobernar para siempre o trasladar el poder a un familiar. Con estas revueltas, la oposición ha conseguido que Saleh paralice las reformas provisionales que le permitirían optar a un tercer mandato, en 2013, y cerrar la posibilidad del acceso al Gobierno de su hijo Ahmed. Sin embargo, el país se divide entre los partidarios y detractores y la situación se asemeja a una guerra civil. Tregua entre las tribus y el Gobierno provisional La situación en Yemen es caótica, aunque parece que se atisba algún cambio. El presidente Alí Abdalá Saleh se encontraba en paradero desconocido ya que, según los medios árabes, estaba en Arabia Saudí donde recibía tratamiento por las heridas que sufrió en el atentado de Saná, pero los portavoces del Gobierno desmintieron en varias ocasiones que se encontrara allí. Pero la Corte Real saudí ha confirmado este domingo que Saleh está en Riad, capital de Arabia Saudí. Esto es interpretado por su detractores como "la caída del régimen". Sin embargo, su portavoz afirma que Saleh regresará "en unos días". El vicepresidente Abd-Rabbu Mansour Hadi es el que actualmente asume los poderes del presidente y el cargo de comandante supremo de las fuerzas armadas. De hecho, este gobierno temporal ha propuesto una tregua a Sadeq al Ahmar, el líder de Hashed, la tribu que encabeza las protestas bajo la plataforma Encuentro Compartido. Ahmar ha aceptado "sin condiciones" el alto el fuego por lo que el Gobierno retirará las tropas de los barrios de Saná donde se han producido los mayores enfrentamientos. Sin embargo, aún no se sabe cómo reaccionará Saleh que ya amenazó el pasado 21 de mayo: "Si el régimen se marcha, Al Qaeda conocerá un nuevo auge en Hadramut, Chabwa y Abyane". Al día siguiente, se negó una vez más a firmar el acuerdo de transición de los países del Golfo, que había sido ya firmado por la oposición, y advirtió que estaba preparado para una "guerra civil". A partir de ese momento, las monarquías del Golfo, que estaban mediando en el conflicto, se retiraron y los choques armados entre las fuerzas del régimen y los partidarios de Al Ahmar se avivaron al rechazar por tercera vez firmar la iniciativa para una transferencia pacífica del poder.