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BEATIFICACIÓN JUAN PABLO II

Juan Pablo II, estandarte del catolicismo frente a la guerra

Por Javier M. FandiñoTiempo de lectura2 min
Sociedad01-05-2011

"Juan Pablo II ha sido un símbolo de paz en una era de conflicto", aseguró Kofi Annan, predecesor del actual secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon. La particularidad de Juan Pablo II es que fue estimado tanto por los creyentes como por los que no lo eran. Karol Wojtyla, nacido en Polonia, dio su vida por la resolución de conflictos en el mundo, el fin de la pobreza y el encuentro entre las distintas religiones, siendo el primer Papa en visitar una mezquita.

"Los católicos no pueden permanecer indiferentes ante la suerte de aquellos que están sin trabajo y viven en un estado de creciente pobreza", reconoció Juan Pablo II en una visita a su país natal, Polonia, tres años antes de su muerte en 2005. La vida de Karol Wojtyla puede resumirse como una incansable lucha contra el enfrentamiento humano, la pobreza, la desigualdad y la búsqueda de un encuentro entre las religiones, que tantas cosas tienen en común. Su coherencia y la búsqueda de la paz hicieron de él un Papa querido, o como poco respetado, tanto por los creyentes como por los que no lo eran. Nacido en Cracovia (Polonia) en 1920, Juan Pablo II reconoció siempre haber encontrado la fe tras la muerte de su padre, que le sumió en una tremenda depresión. Su lectura a San Juan de la Cruz y la valentía del prelado católico que daba moría en los campos de concentraciones nazis le llevaron a comenzar sus estudios religiosos a los 22 años. Desde joven no dudó en enfrentarse al poder por defender sus creencias y ya eran conocidas sus posturas críticas respecto al comunismo cuando era obispo de Cracovia. Unos posicionamientos que continuaría durante toda su vida, llegando a rechazar las decisiones de George Bush “padre” en la Guerra del Golfo de 1991 y, posteriormente, las de su hijo, George W. Bush, en la Guerra de Irak. Su constancia y fe le llevaron a ser nombrado cardenal en 1967 y Papa el 16 de octubre de 1978, a los 58 años de edad, sucediendo a Juan Pablo I. Su pacifismo y el encuentro con las diferentes creencias fueron la piedra angular de su pontificado, llegando a ser el primer papa de la historia en entrar en una mezquita, lo que provocó que le llegasen a denominar “el Papa del Corán”, o ser recordado para siempre por su oración ante el Muro de las Lamentaciones. Pero, además de su postura crítica ante la guerra y su profundo pacifismo, se puede asegurar que Juan Pablo II fue un sincero defensor de la vida y de la justicia social y económica, como reflejaron sus 14 encíclicas. Crítico ante el aborto, al que consideraba un "crimen abominable", el Papa también postuló su profundo rechazo ante la pena de muerte, "porque la vida nunca debe ser arrebatada incluso en el caso de alguien que haya cometido terribles crímenes contra sus propios hermanos".