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ANÁLISIS DE DEPORTES

La mano de Henry

Fotografía
Por Alejandro G. NietoTiempo de lectura2 min
Deportes22-11-2009

Si uno se pone en el lugar de un irlandés, podría llegar a entender que el deseo de que quemar la sede de la UEFA con Michel Platini dentro se haya extendido tanto últimamente en la verde isla británica. La mano de Thierry Henry que apartó injustamente a Irlanda del próximo Mundial fue tan clara que resulta difícil juzgarla sin pensar en teorías conspirativas para que Francia, patria del honorabilísimo presidente de la UEFA, estuviera presente en Suráfrica. No obstante, es necesario analizar los hechos fríamente para no caer en exageraciones. Viendo las imágenes repetidas, uno se da cuenta de que ni el árbitro ni el juez de línea estaban situados en un ángulo que les permitiera ver con claridad la mano. En ambos casos, una maraña de futbolistas se interponía entre ellos y la jugada, haciendo comprensible el hecho de que ninguno de ellos observase irregularidad alguna. Esto nos lleva a retomar el debate sobre la necesidad de que el fútbol siga el ejemplo de otros deportes y abandone definitivamente la Edad Media. En una época dominada por la tecnología, resulta incomprensible que cuestiones tan determinantes como el disputar o no un Mundial estén a merced del error humano. Parece increíble que una solución tan sencilla como permitir el uso del vídeo esté ya extendida en multitud deportes –el baloncesto, el tenis y el rugby, entre otros– pero permanezca vetada en el mundo del fútbol. Cargar contra el árbitro de turno o demonizar al autor de la infracción, en este caso Henry, son reacciones que están totalmente fuera de lugar. Del primero cabe siempre esperar que vaya a equivocarse, pues ha sido así desde el principio de los tiempos y lo seguirá siendo mientras los colegiados sean seres humanos. Y al segundo tampoco se le puede juzgar por una acción cometida bajo presión, pensada en décimas de segundo y fruto de la impotencia de ver escaparse un balón que valía la clasificación para un Mundial. Convertir a Henry en un proscrito por esa pequeña mancha en su impoluta trayectoria semeja claramente excesivo. Si hay que buscar culpables, uno debería mirar hacia las altas esferas del fútbol internacional. Y no con afán de idear teorías conspiratorias. Si realmente Platini hubiera tratado de beneficiar a Francia de alguna manera, lo más probable es que no hubiera sido necesario llegar a una prórroga. Pero el dirigente galo, así como los mandatarios de la FIFA, sí son responsables por no cumplir con su cometido. Igual que a un político se le exige que solucione los problemas que padece su país, a los cargos de los organismos deportivos se les debe reclamar que encuentren soluciones para los males de su deporte. En este caso, negar la introducción de los avances tecnológicos, cuando estos son claramente la respuesta, es dar la espalda a sus obligaciones.