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REFORMA SANITARIA EN EEUU

El Congreso aprueba la reforma sanitaria de Obama por cinco votos

Fotografía Obama habla ante la Cámara de Representantes (FOTO: Pete Souza, de la Casa Blanca)

Obama habla ante la Cámara de Representantes (FOTO: Pete Souza, de la Casa Blanca)

Por Esteban del PozoTiempo de lectura3 min
Internacional09-11-2009

El resultado no pudo ser más ajustado, 220 congresistas a favor y 215 en contra. Así es como la reforma de la ley sanitaria propulsada por Obama da el primer paso para convertirse en realidad. Después de más de un año y medio de trabajo, el Gobierno estadounidense ve recompensado su labor al haber aprobado el Congreso su propuesta de ley.

El debate sobre el cambio estuvo muy polarizado y se alargó en el tiempo, más de 5 horas duró la discusión. En un sistema parlamentario dónde no existe ni la disciplina de partido ni las listas cerradas se produjo un cierre de filas republicano contra el proyecto de Obama. Todos los conservadores, salvo un representante de Lousiana, dijeron “no” a la proposición gubernamental. Sin embargo, en el grupo demócrata no sucedió lo mismo. De los 258 miembros del equipo progresista, 39, con un perfil más centrista, se mostraron reacios a apoyar el objetivo de su líder de partido. Para solventar este primer trámite, Obama se tuvo que emplear a fondo y presentarse en persona en el Congreso. El Presidente, que ha soportado presiones desde su propio partido para cambiar su línea de actuación porque creían que seguían unas prioridades de gobierno equivocadas y que ha visto dañada su imagen por las derrotas electorales de la semana pasada, ha visto como, según Obama, el Congreso le daba un respaldo “histórico”. A pesar de que se trata de una medida impulsada por Obama, la reforma sanitaria es un sueño incumplido por varios presidentes demócratas, entre ellos el de Bill Clinto, desde los años 30. Una enmienda antiabortista salva la votación Si finalmente la Cámara Baja, con sólo dos votos más de los requeridos, dio el visto bueno a la reforma de ley fue gracias a un acuerdo sobre la cuestión especialmente polémica del aborto. En la idea original de Obama estaba que el seguro médico cubriese la práctica de abortos, es decir financiar abortos con dinero público. Un objetivo que arrastró divisiones y reacciones dispares en su propio grupo. La primera fue la presentación de una enmienda del congresista demócrata Bart Stupak que prohibiera las intervenciones salvo en casos de violación, incesto o cuando la vida de la madre corra peligro. La respuesta llegó desde las propias filas progresistas, representadas por la congresista Diana DeGette, declraron que “el sector partidario del derecho de elegir no accederá a ninguna redacción, como quiera que sea, que aumente las restricciones a los derechos de la mujer para optar” a la finalización de su embarazo. El apoyo total de los republicanos a esta enmienda provocó la marcha atrás del plan de Obama y la aprobación de la cláusula. Además de este, el texto final cuenta con los puntos de mayor consenso entorno a la reforma. Un ejemplo es la prohibición a las compañías privadas de rechazar a clientes ya enfermos, y una cobertura estatal para aquellas personas de renta baja que ahora no pueden sufragar el coste de una póliza privada. Asimismo, también recoge la medida que más controversia ha generado en el debate sanitario, la llamada opición pública, es decir, una expansión de la sanidad pública que permitirá a quienes no estén cubiertos si prefieren contratar un plan público o privado. La batalla dialéctica sobre sanidad se trasladará ahora al Senado, que además de republicanos y demócratas cuenta como protagonista al poderoso 'lobby' de la industria sanitaria, que se está gastando una media de un millón de dólares al día para influir en los votos de los congresistas.