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IRAQ

La violencia en Iraq ensombrece la retirada de las tropas estadounidenses

Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional05-07-2009

Lo que el Gobierno iraquí pretendía transformar en un hecho a celebrar por la población se ha convertido en una terrible ola de atentados. La retirada de las tropas estadounidenses de Iraq que ha comenzado ha sido bien recibida por los iraquíes, pero ha desatado la violencia de la insurgencia.

El Gobierno del primer ministro Nuri al Maliki organizó, para el mismo día que Estados Unidos comenzó el repliegue de sus tropas en algunas ciudades iraquíes, una parada militar en la que pretendía demostrar el poderío de un país en reconstrucción desde hace más de cinco años. "Los que piensan que Iraq es incapaz de defender su país están cometiendo un terrible error", sentenció el jefe de Gobierno, pocas horas antes de que un brutal atentado en Kirkuk matara a 33 personas en un concurrido mercado de la ciudad, situada al norte de Bagdad, la capital. Pocos días después, los ataques se repetían en Bagdad, Mosul, Faluya o Kirkuk, en una serie de acciones que pretenden desestabilizar al Gobierno iraquí mostrando su incapacidad para dominar la situación tras el repliegue estadounidense, que ha cedido el control de más de 150 bases en Iraq. Los últimos ataques coincidían con la visita sorpresa del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, a Iraq, de donde se prevé que las tropas norteamericanas estén totalmente retiradas en 2011. Lo cierto es que la violencia que parecía remitida ha vuelto a resurgir, convirtiendo junio en uno de los peores meses en cuanto a recuento de víctimas desde hacía tiempo. Los refuerzos que envió George W.Bush a finales de su mandato para controlar una situación completamente enloquecedora y el diálogo con algunas de las milicias chiíes y suníes han servido para aportar cierta estabilidad a Iraq. Hasta ese momento, la violencia y la guerra sectaria se cobraba casi 100 víctimas diarias.Sin embargo, que ahora las tropas estadounidenses inicien su repliegue, no significa que todo esté bajo control. Prueba de ello son los últimos ataques, que nadie se ha atribuido, y prueba de ello serán las dificultades que atravesará el país en los próximos años sin el apoyo militar de EE.UU. El presidente estadounidense, Barack Obama, es consciente de los retos, y así se lo ha expresado al pueblo iraquí en un mensaje durante la celebración del 4 de julio. Así, aseguró que EE.UU. seguirá siendo "un sólido aliado" de Iraq y contribuirá a su prosperidad y seguridad. "Un Iraq soberano y unido está tomando el control de su propio destino", indicó Obama, en referencia a los soldados estadounidenses que desde 2003 se encuentran desplegados en el país asiático.En cualquier caso, Obama es consciente de los retos que habrá de afrontar el pueblo iraquí: "El futuro de Iraq ahora está en las manos de su propio pueblo. Esta transición no estará exenta de problemas. Sabemos que habrá días difíciles por delante".